Por estas calendas, se cumple el X aniversario de la proclamación de Felipe VI como rey de España, jefe de Estado y símbolo de la unidad territorial, cultural, económica y social española. Felipe VI renovó su compromiso con España, la Constitución de 1978, la separación de poderes, la defensa de la institucionalidad, con énfasis en la transparencia, solemnidad y cercanía ciudadana con su gestión como soberano.

El epicentro de la celebración del pasado 19 de junio tuvo lugar en el Palacio Real, en el centro de Madrid de los Habsburgos. Felipe VI pronunció solo un discurso, pletórico de responsabilidad y sinceridad, aterrizado, maduro y humano. A diferencia del monarca inglés, que es coronado en la Abadía de Westminster ante Dios, el rey de España es proclamado ante las Cortes Generales, la representación del pueblo al que le debe su mandato.

Desde sus clásicos balcones, Felipe VI y su familia presenciaron el solemne relevo de la Guardia Real, ceremonial que se ejecutaba diariamente en tiempos de Alfonso XII y Alfonso XIII, que ahora se puede ver los miércoles de cada mes en la Plaza de la Armería. En su alocución, Felipe VI destacó la importancia de la unidad de España, como “el mayor valor que tenemos”, con su vocación integradora, reflejo de la estabilidad, diversidad y cohesión de la sociedad española. Unidad amenazada desde el Palacio de la Moncloa por el presidente socialista, Pedro Sánchez y sus cómplices políticos, de origen catalán y vasco, claramente separatistas, golpistas, republicanos y antimonárquicos.

Felipe VI renovó el compromiso que hizo con los españoles hace diez años, cuando aseveró que él encarnaba “una Monarquía renovada para un tiempo nuevo”. Después de casi veinte años como heredero al trono y una década como monarca hispánico, Felipe VI ha salido airoso de los tiempos tormentosos que le ha tocado vivir en esta década.

Como rey, Felipe VI tuvo que enfrentar tres crisis de grueso calibre. La primera de ellas se presentó con motivo del referéndum inconstitucional separatista catalán del primero de octubre de 2017, que puso en peligro a España. Felipe VI hizo un llamamiento a la calma ciudadana y a la normalidad institucional. La segunda tuvo que ver con la fortuna de su padre, el rey emérito Juan Carlos I, escondida en paraísos fiscales. Felipe VI actuó con firmeza al negar que tuviera conocimiento de este fraude fiscal y lo despojó de su título y funciones honoríficas. La tercera fue la revocatoria del título aristocrático de su hermana Cristina, imputada en el caso Nóos por corrupción política.

Para Felipe VI, solidaridad, unidad y diversidad son los valores cardinales amparados por la Carta Magna. Servicio, compromiso y deber son los principios de acción que guían la labor venidera de la Corona española.

ANDRÉS ESPINOZA FENWARTH
​Miembro del Consejo Directivo del ICP
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