Colombia dio un impresionante salto del puesto 53 al 39, entre 189 países, en el escalafón de facilidades para hacer negocios del ‘Doing Business’ 2015 del Banco Mundial.

Esta importante medición captura la mejora de 19 lugares en el ambiente regulatorio nacional aplicado a las empresas que operan en nuestro país. El Gobierno Nacional manifestó rápidamente su plena satisfacción por este trascendental logro oficial de proyección internacional.

Para entender el ascenso de Colombia en la clasificación del Banco Mundial y determinar con precisión cuáles fueron los avances –y los retrocesos– para hacer negocios en nuestro país, es fundamental desmenuzar lo ocurrido en cada uno de los 10 componentes de valoración utilizados.

La evolución comprobada por el Banco Mundial tiene que ver, esencialmente, con los notables resultados de dos indicadores: el ascenso del puesto 55 al 2, en la obtención de crédito, complementado con el adelanto del lugar 54 al 42, en el registro de propiedades.

Estos desarrollos se explican por las mayores facilidades de acceso al crédito, generadas por el fortalecimiento de los derechos de los acreedores contemplados en la Ley 1676 del 2013, que permiten la utilización de activos mobiliarios como garantías colaterales de las operaciones de crédito. Adicionalmente, el Decreto 400 del 2014 reglamentó el registro centralizado de las garantías mobiliarias definidas en la mencionada ley, lo cual explica el sobresaliente desempeño global de Colombia en el ‘Doing Business’ 2015 del Banco Mundial.

Colombia mejoró del puesto 62 al 61 en el manejo de los permisos de construcción; sin embargo, su costo corresponde al doble del promedio de América Latina y a cuatro veces la media de los países de la Ocde. El avance del lugar 95 al 93 en el pilar de comercio exterior es un ajuste técnico, que no modifica el hecho de que Colombia tiene los costos promedio más elevados del hemisferio occidental. 

Los informes oficiales omiten señalar que Colombia perdió cinco puestos en los indicadores para comenzar un negocio, cuantro en obtención de electricidad y uno en protección de los inversionistas minoritarios y resolución de insolvencia. Tampoco mencionan el descenso al puesto 168 en el cumplimiento de contratos, ligado a su elevado costo y excesiva carga de tiempo exigida para su ejecución.

A pesar de que el Ejecutivo reconoce que la introducción del impuesto sobre la renta Cree, generó el descenso de la posición 139 a 146 en el pilar de pago de impuestos, hace como el avestruz cuando el Banco Mundial concluye que la tasa efectiva de tributación sobre utilidades en Colombia es del 75,4 por ciento. Este nivel, entre los más altos del planeta, nos arroja al puesto 183 entre 189 países.

Así, pese a las mejoras puntuales en el clima nacional de los negocios, no hay espacio para mayores complacencias.