La Corte ‘no está dispuesta a dejarse presionar’ al elegir el relevo del fiscal Barbosa, deberá ser un jurista independiente que no ceda a presiones. 

El pasado domingo, la prensa nacional expuso públicamente la existencia de una batalla campal por el control de la Fiscalía, generada por la elección del reemplazo del fiscal general, Francisco Barbosa, quien deja el cargo el 12 de febrero de 2024. El fiscal Barbosa, de brillante gestión de la acción penal, defensa de la autonomía y la independencia de la rama judicial, de la cual hacen parte la Fiscalía y sus delegados, denuncia en su columna dominical del diario El Tiempo titulada No más afrentas contra la justicia, que “nunca antes la institucionalidad había sido atacada de una forma tan virulenta por el propio Gobierno”.

Desde el día de la victoria electoral, el entonces presidente electo, Gustavo Petro, pretendió instruir al fiscal Barbosa para que liberara a los delincuentes de la autodenominada ‘primera línea’ imputados y condenados por los hechos vandálicos que el país recuerda con horror. Propósito obsesivo del presidente Petro -según el fiscal Barbosa- que va en contravía del sistema jurídico colombiano.

El presidente Petro sostiene la peregrina noción que él, como jefe de Estado, es el jefe del fiscal Barbosa, quien le respondió que esta tesis es “una gravísima manifestación contra la independencia judicial y la división de poderes en Colombia”, que “pone en riesgo la existencia del Estado de Derecho”.

El fiscal Barbosa añadió: “si ese es el criterio que tiene el jefe del Estado, la Fiscalía, una vez termine mi período, podría ser una dependencia de la Casa de Nariño».

En el fondo, este es el propósito del presidente Petro, tener un fiscal de bolsillo para enfrentar los procesos judiciales del ente acusador, que tienen empapelado a su hijo Nicolás Petro, a su hermano Juan Fernando Petro, a Laura Sarabia, su mano derecha en Palacio, al coronel Carlos Feria, jefe de seguridad del presidente y la presunta financiación ilegal de la campaña presidencial de 2022.

El fiscal Barbosa en su escrito en El Tiempo y la vicefiscal general, Martha Mancera, en una entrevista publicada en el mismo diario, denuncian al unísono la existencia de un complot en contra de la vicefiscal general, patrocinado por el presidente Petro.

A la vicefiscal Mancera le atribuyen de manera “infame y mendaz conductas delictivas” -afirma el fiscal Barbosa- para sacarla de la fiscalía general en caso de que quede encargada del despacho mientras la Corte Suprema elige su sucesor, pese a su impecable función misional desarrollada durante 30 años de servicios.

Según el artículo de la revista Semana, La guerra por la Fiscalía, la Corte Suprema de Justicia “no está dispuesta a dejarse presionar” en la elección del relevo del fiscal Barbosa, quien debe ser un jurista independiente, que no ceda a las pretensiones autoritarias de la Casa de Nariño. Quizás la solución sea un cambio de terna.

Andrés Espinosa Fenwarth

Miembro del Consejo Directivo del ICP.
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