Según la Fiscalía brasilera, Temer habría liderado una organización criminal que habría concertado coimas por 1,8 billones de reales.

Sería exagerado afirmar que la corrupción política es originaria de Brasil, como sí lo son la samba, las garotas de Ipanema y la caipiriña. Sin embargo, no resulta temerario sostener que la corrupción política se perfeccionó del gigante suramericano. Para entender este fenómeno, bastaría evocar las palabras de Emilio Odebrecht, de 74 años, hijo de Norberto, patriarca brasileño que fundó el grupo de ingeniería, construcción y petróleo más importante de Brasil en 1944, padre de Marcelo, expresidente de Odebrecht, condenado a 19 años de prisión domiciliaria por el mayor escándalo de corrupción de la región.

Pues bien, de acuerdo con la delación premiada de Emilio Odebrecht, el mecanismo de corrupción creado por su empresa, basado en el pago de sobornos, “no es de hoy”. El sistema de corrupción de políticos por Odebrecht existe hace décadas. Es decir, incluso antes de entrar a trabajar en la compañía en la época en que era presidida por su difunto padre, Norberto Odebrecht. 

En sus palabras, “todo lo que ha estado sucediendo es un negocio institucionalizado, era una cosa normal”, dice el patriarca de la ingeniería brasilera, ya retirado de la vida profesional. Y añade, todo se hacía “en función del número de partidos políticos donde se peleaban por cargos, por presupuestos gordos”. Los partidos políticos, entonces, colocaban a sus mandatarios con el fin de recaudar recursos para el partido, para los políticos, durante los últimos 30 años. La verdad, queda uno estupefacto con esta cándida confesión, que le valió 4 años de prisión domiciliaria por el caso Lava Jato.

Se podría pensar que todo termina allí, pero no. El expresidente de Brasil, Michael Temer, fue capturado en São Paulo el mes pasado, en el marco de una línea especial de investigación de Lava Jato, denominada ‘Operación descontaminación’. Según la Fiscalía brasilera, Temer habría liderado una organización criminal que habría concertado coimas por 1,8 billones de reales durante los últimos 20 años. En la rueda de prensa de rigor, los fiscales compararon este esquema de lavado de dinero y corrupción con los mecanismos usados por la mafia.

Los documentos incautados por la Fiscalía de Río de Janeiro en la sede de Argeplan en São Paulo, refuerzan la conclusión de que esta empresa era una estructura formada por operadores financieros de Michel Temer y administrada para realizar la captación de fondos públicos, mediante contratos sobrefacturados suscritos con entidades oficiales y compañías intermediarias para realizar el lavado de dinero a lo largo de varias décadas. 

El informe del Ministerio Público concluye que “mientras Michel Temer ocupaba altos cargos en la administración pública, incluso la Presidencia de la República, actos nada republicanos eran practicados para garantizar el recibo de sobornos en forma de mesadas y bonificaciones”. El expresidente Temer tiene abiertas otras nueve causas en la justicia brasileña por corrupción, lavado de dinero, obstrucción a la justicia y conformación de organización criminal.

¡Algo huele mal en Brasil!