Incluye todos los linajes, todas las razas y etnias espirituales originarias que han conformado una unidad, una identidad, Hispanoamérica.
Miguel de Unamuno, escritor y filósofo español, escribió en noviembre de 1927 que entendía la hispanidad como la diversidad de pueblos que hablan el mismo idioma español. La hispanidad incluye todos los linajes, todas las razas y etnias espirituales originarias que han conformado una unidad, una identidad, Hispanoamérica. Alma de un territorio común, maravilloso e indómito con sus fabulosos contrastes y profundas contradicciones interiores, con un lenguaje y pensamiento universal, diverso y a la vez discordante.
Unamuno le confiere a la hispanidad un sentido histórico igualitario para cuestionar, con razón, la idea de ‘Madre Patria’, asignada de tiempo atrás a España, para sostener que es menester hablar de naciones ‘hermanas’ para referirse a los países latinoamericanos y del Caribe. Y abandonar, así, ahora, y para siempre, supremacías y maternidades imaginarias que no caben, que no tocan, y que no contribuyen a explicar los inmensos aportes históricos y culturares de España a nuestra asombrosa y convulsa región.
La lengua común de España, de Hispanoamérica, y que también se habla en otras latitudes, es el español, el lenguaje del pensamiento y la acción de más de 400 millones de personas. El idioma cuotidiano español es también una filosofía de vida, cada cual a su manera, con el desorden propio de nuestra cultura, y al mismo tiempo, una expresión de vida y obra de maravillosos escritores de lengua castellana, que según el Diccionario Panhispánico de Dudas, es sinónimo válido del idioma español.
No es poco el aporte cultural de la lengua española. Si el cartesianismo es la lengua francesa de la razón y el hegelianismo la lengua alemana para entender el mundo,el idioma español de Cervantes, Machado, García Márquez, Vargas Llosa, Neruda, Borges, Paz, Fuentes y Mutis, para mencionar unos pocos, es la interpretación del universo mágico, y a veces, la concreción surrealista de nuestra existencia, de Hispanoamérica, de nuestro tiempo y de todos los tiempos.
Reflexiones de fondo para desestimar los airados reclamos del presidente constitucional de México, Andrés Manuel López Obrador, al Rey de España, Don Felipe VI, a quien por escrito le exigen el reconocimiento y el perdón por los agravios causados durante la conquista y la colonia española. Pura humillación con retrovisor populista, enmarcado en una política de revisionismo histórico para cambiar la narrativa actual y reemplazarla por el progresismo de izquierda, socialista, como piden a gritos el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla. Exigir o pedir perdón por eventos sucedidos hace siglos no es un crimen, es una soberana estupidez con sello de claudicación histórica.
Es igualmente condenable, e incluso punible, el accionar de los vándalos promovidos por la primera línea del revisionismo histórico colombiano contra el monumento de los Reyes Católicos en Bogotá, pillaje que desconoce la historia de América, su importancia y contribución a nuestro nacionalismo identitario.
ANDRÉS ESPINOSA FENWARTH
Miembro del Consejo Directivo del ICP
andresespinosa@inver10.co
Ricardo J. Fernandez
Excelente articulo y muy apropiado a estos tiempos.
Al igual, aplicable a la destrucción de monumentos en los Estados Unidos y al revisionismo norteamericano sobre la esclavitud, el racismo y del CRIRTICAL RACE THEORY, promulgada inicialmente por el Profesor Kimberlé Williams Crenshaw, Académico en leyes de U.C.L.A. School of Law y Columbia Law School.
Héctor Gutiérrez P.
El bandalaje a los monumentos Patrios es una muestra muy clara que la Izquierda, los adoctrinados y los delincuentes patrocinados por Políticos corruptos, No tienen argumentos válidos ni Lógicos para su accionar Criminal y buscan ampararse en cualquier acción en Contra del Gobierno, para fomentar la anarquía y la destrucción que trate de desprestigiar a los pocos decentes del País que Sí trabajan para hacer un País mejor.