Podemos deducir que los crecientes niveles de inflación obedecen al comportamiento de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas…
El Índice de Precios al Consumidor mide la evolución del costo promedio de una canasta de bienes y servicios representativa del consumo final de los hogares, en la cual los alimentos y las bebidas no alcohólicas pesan -o explican- el 15 por ciento del total. En otras palabras, el comportamiento de los precios de la comida y las bebidas no alcohólicas son determinantes primordiales de la evolución de la inflación en Colombia.
Según el último reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la inflación anual -con corte al mes de septiembre pasado- fue de 3,8 por ciento, un tanto más elevada que el registro del año pasado de 3,2 por ciento. Estos datos evidencian la preocupante aceleración de la inflación en Colombia, especialmente por el impacto de los alimentos, y presumiblemente, por el traspaso, o la incidencia, de la devaluación en los niveles de inflación. En efecto, según el Dane, la variación de los precios de alimentos y bebidas en lo corrido del año (hasta septiembre) fue de 6,3 por ciento, prácticamente el doble del promedio nacional de inflación.
Al examinar de forma combinada la participación de los alimentos y bebidas no alcohólicas en la inflación y el comportamiento de precios de estos productos, podemos deducir que, en la actualidad, los crecientes niveles de inflación obedecen especialmente al comportamiento de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que, a su vez, se relacionan con el impacto de la devaluación en la importación de 14 millones de toneladas de alimentos y 6 millones de toneladas de agroquímicos. A lo anterior debemos sumarle el efecto inflacionario del cierre de la vía al llano y la crisis bananera en materia sanitaria.
Al observar el comportamiento anual del Índice de Precios al Productor del Dane, que sirve de anticipo de lo que se nos viene en los próximos meses en materia de inflación de alimentos, el sector agropecuario presentó variaciones elevadas del 13 por ciento, casi cuatro veces la media nacional de 3,8 por ciento. Así pues, se acelera, aún más, la inflación de alimentos.
Autor: Andres Espinosa Fenwarth