Además de tener bases para el tráfico de narcóticos y zonas de envío de drogas ilícitas, el Eln tiene escuelas de adoctrinamiento en Venezuela.
El presidente Iván Duque manifestó en su reciente alocución ante el 74º período ordinario de sesiones de la Asamblea General de Organización de las Naciones Unidas (ONU), que “Venezuela se ha convertido en tierra fértil para estructuras delictivas aliadas con el Eln, que no conocen fronteras”. Dejando de lado el craso error de forma cometido por la jefatura del Comando Conjunto de Inteligencia con la inclusión de equivocadas fotografías de referencia en el reporte en comento, es preciso concentrarse en el fondo de este asunto: la grave denuncia del alto Gobierno, según la cual el régimen de Venezuela le sirve de santuario a los cabecillas e integrantes de la retaguardia de la antigua guerrilla de las Farc y del Eln, los cuales, incluso, reciben protección estatal y gozan de libre acceso a las bases militares del vecino país.
De acuerdo con el comunicado oficial del Ministerio de Defensa, el Eln tiene en Venezuela, a lo largo y ancho de la frontera con Colombia, “al menos 36 campamentos, 10 puntos de redes de apoyo y 4 áreas de finanzas desde las que maneja su operación de narcotráfico. La mayor parte de los estupefacientes tienen como destino países centroamericanos, desde los que se despachan especialmente hacia Europa y Estados Unidos”. Además de tener bases para el tráfico de narcóticos y zonas de envío de drogas ilícitas, el Eln tiene escuelas de adoctrinamiento en Venezuela. Los “cursos” abarcan “dos semanas y media de clases teóricas y una semana de práctica”, cuyos “escuelantes” son objeto de evaluaciones que se envían a los cabecillas de estas estructuras delictivas, los cuales realizan múltiples actividades financieras en Venezuela, incluida la compra y venta de vehículos, adquisición de tierras y actividades agrícolas.
El fiscal encargado, Fabio Espitia, confirma estos gravísimos hechos, que comprometen la seguridad nacional de Colombia. A partir de testimonios de exguerrilleros y de un análisis de dispositivos electrónicos incautados, la Fiscalía corrobora “la presencia de cabecillas del Eln con consentimiento expreso de autoridades venezolanas”, la instalación de “campamentos” y la planeación de maniobras terroristas desde territorio venezolano.
¡Peor imposible!