Alvise, el nuevo actor en el espectro político de la ultraderecha, es un toque de campana para el Establecimiento, el Partido Popular y Vox.

Las recientes elecciones europeas se convirtieron en un verdadero parteaguas de la política en el Viejo Continente. La gran sorpresa fue la aparición de una nueva agrupación española, bautizada ‘Se acabó la fiesta’, el partido de Alvise Pérez, que ni siquiera es partido político. Tampoco es un movimiento muy organizado, pero que hace uso amplio y exitoso de las plataformas digitales alternativas para difundir sus ideas.

Según datos de la agencia Play de Game, las menciones a Alvise Pérez en las plataformas Twitch y KICK de España, con un público mayoritariamente joven, se han incrementado en 486% en términos de usuarios únicos y en más del 95% en cantidad de mensajes. Y allí está la gran novedad de Alvise Pérez, respecto de las otras agrupaciones políticas españolas o europeas; se trata del primer candidato originado en las redes sociales, un verdadero nativo político digital, dirían los analistas de las ciencias políticas.

Alvise se aprovecha del hartazgo de la juventud con un perfil urbano, masculino en su mayoría, abiertamente antisistema, que se informa de manera exclusiva en las redes sociales. ‘Se acabó la fiesta’, como congregación, pretende apartarse de la clase política tradicional, de la corrupción y del desmadre del sanchismo, de los medios de comunicación tradicional, que le sirven de caja de resonancia y validación soterrada de un régimen que pone en riesgo real e inminente los cimientos del Estado de Derecho.

Para Alvise Pérez, la fiesta acaba de empezar. Fuera de los canales habituales, con el voz a voz y los millares de seguidores en la poderosa mensajería digital de Telegram, ‘Se acabó la fiesta’ logró entrar con tres escaños, 800.000 votos y el 4,59% del electorado, en el Parlamento Europeo. Un resultado igual al de Sumar, el partido político de la vicepresidenta segunda del gobierno español, Yolanda Díaz.

La historia de Luis Pérez Fernández, nacido en Sevilla en 1990, es el periplo de un antisistema de ultraderecha, que desde muy temprano comenzó a coquetear con la política. Alvise -Luis en italiano- empezó a sonar con fuerza en las manifestaciones de protesta ciudadanas en Ferraz -sede del PSOE en Madrid- contra la nefanda Ley de amnistía del presidente socialista español, Pedro Sánchez, del 7 de noviembre cuando se dirigió hacia el Congreso de los Diputados con miles de personas bajo su embrujo político. Sánchez, como antaño François Mitterrand con Jean-Marie Le Pen, engendró a Alvise.

Si bien Alvise concentra su fuerza electoral en las ciudades medianas y en el sur de España, como Andalucía y Murcia, su impacto a nivel nacional e internacional es creciente. Alvise, el nuevo actor en el espectro político de la ultraderecha, la gran ganadora de las elecciones del Parlamento Europeo, es un toque de campana para el Establecimiento, el Partido Popular y Vox.

ANDRÉS ESPINOSA FENWARTH
​Miembro del Consejo Directivo del ICP
andresespinosa@inver10.co