El Gobierno debería aprovechar esta oportunidad para reconocer la realidad: retirar la cuestionada reforma tributaria y renovar el equipo económico.
En momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento. Palabras sabias de un genio de todos los tiempos, Einstein. Imaginación es lo que el Gobierno necesita para salir de la crisis política generada por una propuesta bien intencionada, pero inoportuna y mal ejecutada: el borrador de ley de ingreso solidario.
El país nacional y el país político rechazan, al unísono, el proyecto de reforma tributaria que se esconde detrás del abultado gasto social planeado para hacerle frente a la pandemia, que el Ministerio de Hacienda propone volver permanente, como si el Covid-19 lo fuera.
La pérdida de credibilidad del equipo económico del Gobierno es real, solo atribuible a sí mismo y a nadie más. Legos y profanos no entienden que la presente administración se hubiera preocupado más por conseguirle un cargo internacional al ministro del ramo, que por el contenido y la concertación de la reforma tributaria más onerosa de la historia económica del país, equivalente al 3% del PIB. Este revolcón fiscal golpea con dureza el bolsillo de los colombianos que sufren los rigores del confinamiento social y laboral desde hace más de un año, y que, según Invamer, en un 58,9% piensan que lo peor está por venir.
La reforma tributaria se cocinó a fuego lento desde finales del año pasado en los amplios corredores del edificio de San Agustín, sin asomo de conciliación con la clase política y empresarial del país, fuente indiscutible de buenas políticas públicas. Ahora, de manera tardía e incluso de modo un tanto mendicante, ofrecen todas las instancias de avenencia posibles con las fuerzas vivas de la nación colombiana en torno a un articulado impositivo confiscatorio y recesivo, que le otorga prevalencia al recaudo fiscal por encima de los intereses nacionales de los sectores populares, económicos y empresariales.
El Gobierno Nacional debería aprovechar con inteligencia esta oportunidad para reconocer con humildad republicana esta cruda realidad, retirar el cuestionado proyecto de reforma tributaria y renovar el equipo económico que se quiere ir, con las fuerzas políticas requeridas para salir del atolladero. Con nuevos aires, el Ejecutivo podría poner en marcha las desatendidas recomendaciones de la Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios, que incluyen un proceso de reforma fiscal estructural, fundamental y escalonada en el tiempo, con un sistema tributario eficaz, con menores tarifas nominales y una base impositiva amplia.
La Comisión recomienda crear un grupo independiente de expertos en impuestos y finanzas públicas para asesorar y poner en funcionamiento las reformas sugeridas, incluir en futuros proyectos su justificación y la detallada evaluación económica de sus costos y beneficios, que valga decir, no existen en el articulado, y fortalecer la Dian para controlar los gastos tributarios y la evasión, rampante y perversa.
Hector Gutierrez P
La salida de la Crisis se refuerza y se hace más real, No otorgando subsidios o bonos para la gente que puede y debe laborar, sino apoyando a los Empresarios para crear empleos que pueden sostener si se le garantiza el pago oportuno y adecuado de su contratos ó suministros. No se puede continuar pretendiendo crear y fortalecer Industrias y empleos si las grandes Compañías se financian con las Mipymes con la mirada distante o permisiva del Gobierno. Los gobiernos no deben ampliar sus nóminas ineficientes que desangran los Presupuestos sino respaldar a los Emprendedores y Empresarios para que creen el tejido Empresarial e Industrial que requiere todo País para ser viable.