El Foro Económico Mundial publicó la onceava edición del Informe de Riesgos Globales de nuestra era, caracterizada por profundos cambios y acrisolada incertidumbre. La diferencia fundamental con los reportes previos tiene que ver con el hecho de que los riesgos identificados anteriormente comienzan a convertirse en realidad, al igual que sus adversas secuelas sobre la humanidad, la economía y sus instituciones.

El documento define el riesgo global como aquel evento o condición incierta que puede afectar negativamente a varios países o industrias en los próximos 10 años. La encuesta de percepción de riesgos realizada entre 750 expertos a nivel mundial, se tradujo en la categorización de 29 riesgos globales agrupados en categorías sociales, tecnológicas, económicas, ambientales y geopolíticas.

Los cinco principales riesgos identificados en el horizonte 2016-2026, percibidos como acontecimiento probable, al igual que sus efectos, son en su orden los siguientes: 1) fracaso en la mitigación del cambio climático; 2) armas de destrucción masiva; 3) crisis en el manejo del agua; 4) inmigración involuntaria a gran escala, y 5) crisis severa de energía.

Al examinar el mapa de los principales riesgos globales, advertimos que Colombia no es ajena a su ocurrencia ni a sus impactos. La presencia del fenómeno de ‘El Niño’ –posiblemente el más devastador de la historia, según la Nasa– tiene alarmados a los agricultores y a las poblaciones ubicadas en La Guajira y en las erosionadas riberas de ríos, ahora sin mayor caudal. La crisis generada por el deplorable manejo de las cuencas hídricas y los páramos nacionales contribuye a la zozobra y a la reproducción de otros riesgos en forma de cascada en el sector energético, cuya huella tiene nerviosos a los empresarios por la pérdida de competitividad internacional, ligada a los altos costos de energía eléctrica.

En cuanto al desplazamiento masivo de nuestros connacionales, Colombia aparece en rojo encendido en el mapa de las zonas de candela a nivel global, como la única nación de las Américas, al lado de varios estados africanos y del sudeste asiático, principalmente Siria, Afganistán, Irak, Sudán y Somalia. De acuerdo con el Informe de Riesgos Globales, la migración forzada supera actualmente los 59,5 millones, cifra muy superior a los 40 millones de personas que lo perdieron todo durante la Segunda Guerra Mundial. En Colombia, los 6 millones de desplazados por el conflicto interno son un rompedero de cabeza para las autoridades, hecho que podría agravarse de manera inesperada y ciertamente dolorosa, a partir del momento en que Venezuela entre en la fase final de la anunciada implosión de su fallida revolución bolivariana.

El estudio también identifica 13 tendencias que pueden amplificar –favorable o desfavorablemente– los riesgos globales, entre los cuales se destacan el cambio climático, el crecimiento de la clase media en los países emergentes, la polarización de las sociedades locales, la creciente urbanización y la amenaza de enfermedades crónicas, elementos, todos, que hacen parte de nuestra compleja realidad nacional.