Fedesarrollo organizó recientemente un sugestivo seminario en torno de las reformas tributarias que se avecinan. El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, reveló el círculo virtuoso que caracteriza actualmente la economía de nuestro país; reconoció, sin embargo, que el declive de la renta petrolera, generado por la caída en la producción de hidrocarburos y la voladura de oleoductos, le impiden al Gobierno cumplir con la meta propuesta de gastos de 216 billones de pesos para el 2015.

En opinión del ministro Cárdenas, se requieren ingresos complementarios por 12,5 billones de pesos, para lo cual presentarán próximamente al Congreso de la República un proyecto de ley de financiamiento del presupuesto 2015 que mantenga la vigencia del 4 por mil y el impuesto al patrimonio.

Leonardo Villar, director de Fedesarrollo, afirmó que el recaudo real de estos dos gravámenes ascendería a 7,4 billones de pesos. El faltante presupuestal fluctúa entre 5,1 y 6,6 billones de pesos, dependiendo del volumen de gasto. En consecuencia, la extensión del 4 por mil y el mantenimiento del impuesto al patrimonio serían insuficientes para financiar el hueco presupuestal de 1,4 por ciento del PIB en el 2015. Cabe añadir que estos gravámenes, francamente antitécnicos, frenan el ahorro, la inversión, la bancarización y la competitividad.

A mediano plazo, Fedesarrollo resaltó que el impacto del aumento de las tasas de interés, el deterioro de los ingresos procedentes de la explotación petrolera y los programas sociales de política pública (desarrollo rural, pensiones, salud y educación), demandan recursos adicionales que oscilan entre el 2,1 y el 2,9 por ciento del PIB, dineros que podrían provenir, principalmente, del aumento del IVA. El faltante de financiamiento anotado no contempla las pretensiones presupuestales de las negociaciones de La Habana.

Sergio Clavijo, presidente de Anif, manifestó que las presiones de gasto del Gobierno exponen al país a tres reformas tributarias sucesivas, requeridas para financiar el presupuesto 2015, la mengua petrolera y el posconflicto; criticó con fundamento al Gobierno por su “errada economía política”, que centra el debate en las carencias de corto plazo y lo sacudió por su “miopía fiscal” que le impiden ver los nubarrones de mediano plazo.

Bruce Mac Master, presidente de la Andi, reclamó una “reforma tributaria inteligente que simplemente pretenda tapar los huecos”; recalcó, además, con argumentos de peso, que no hay espacio para gravar más a las empresas.
La senadora María del Rosario Guerra manifestó, con sobradas razones, que el ajuste presupuestal debería recaer sobre la baja ejecución y el elevado gasto de funcionamiento.

El Gobierno debería reflexionar y definir si mantiene su visión cortoplacista, o aborda –como corresponde– los asuntos de fondo examinados, incluyendo la flexibilización de la regla que obliga reducir el déficit fiscal estructural de 2,3 por ciento al 1,9 por ciento del PIB en el cuatrienio.