Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, no tiene mayoría para gobernar. Quizás Isabel Díaz Ayuso del PP sea la respuesta.
El presidente socialista español, Pedro Sánchez, llegó al Palacio de la Moncloa en el 2018, después de una tormentosa moción de censura fraguada en el Congreso de Diputados contra el presidente Mariano Rajoy del Partido Popular, PP, por supuesta “corrupción institucional”, que Sánchez se comprometió a combatir para “regenerar” a España.
Sánchez escogió a un desconocido político valenciano, José Luis Ábalos, como ariete para tumbar a Rajoy. Todavía resuenan sus palabras en el hemiciclo español: “Esta es una moción para recuperar la dignidad de nuestra democracia”.
Como reconocimiento por semejante hazaña política, que elevó a Sánchez y al socialismo a lo más alto de la política hispana, Ábalos, convertido en la mano derecha de Sánchez como secretario del PSOE y luego ministro de Estado, fue objeto de prebendas sexuales, que incluían contratos en entidades oficiales para sus numerosas mujeres prepago y actrices porno (con apartamentos cercanos a la sede política socialista en la calle Ferraz en Madrid), dinero en especie, viajes y giras oficiales.
Santos Cerdán, la mano izquierda de Sánchez, que en el comienzo de esta oscura era socialista española se repartía el poder con el entonces ministro Ábalos, fue el encargado de amañar las primarias del PSOE de 2014, manejar las finanzas del partido y dirigir las negociaciones con los independentistas, en particular, con el prófugo catalán, Charles Puigdemont y con la Federación de partidos políticos vascos, Bildu, separatistas antimonarquistas que han sido el mucílago que ha sostenido a Sánchez en el poder durante 7 años.
Cerdán, quien era secretario del PSOE en la provincia de Navarra en 2015, comenzó a tejer una red de corruptela con Koldo García para dirigir la adjudicación de obras y el cobro de jugosas mordidas. Con la llegada de Sánchez a la Moncloa, Cerdán es elegido número dos de Ábalos en la secretaría del PSOE, quien promueve a García para poder operar, con Cerdán, el entramado de la organización criminal que tiene a Sánchez al borde del abismo; crisis agravada por las investigaciones adelantadas por tráfico de influencias y corrupción privada en contra de su esposa, Begonia Gómez, y el hermano del presidente, David Sánchez.
Nos preguntamos, entonces, ¿por qué no cae Sánchez? La razón de fondo es que la moción de censura de la Constitución española de 1998, adaptada de la Carta Magna alemana, requiere que vaya acompañada de un candidato alternativo para garantizar la continuidad del manejo del Estado.
En Francia, Italia y Reino Unido, el Parlamento puede destituir al primer ministro sin tener una alternativa inmediata de poder, inmovilidad política acentuada en España por listas legislativas cerradas y férrea disciplina de partido.
Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, no tiene la mayoría para gobernar. Quizás Isabel Díaz Ayuso del PP, presidente de la Comunidad de Madrid, sea la respuesta.
ANDRÉS ESPINOSA FENWARTH
Miembro del Consejo Directivo del ICP.
andresespinosa@inver10.co
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