El tempestuoso matrimonio entre el dólar estadounidense y el precio del petróleo resulta ser el asunto más analizado de los últimos tiempos. De acuerdo con una nota técnica, preparada por Morgan Stanley para sus clientes, la sobreoferta petrolera generada por Estados Unidos, Rusia y la estrategia de producción por encima de las cuotas de los 12 miembros de la Opep, se tradujo en precios del crudo por debajo de los 60 dólares.

El fortalecimiento del dólar, por su lado, ha presionado las cotizaciones del petróleo hacia los 35 dólares el barril. Morgan Stanley considera que “dada la continuada apreciación del dólar, no sería extraño un escenario en el que el petróleo Brent alcance la franja de 20-25 dólares por barril de crudo, debido simplemente al efecto de la divisa”. Los analistas del banco de inversión norteamericano concluyen que “el dólar y otros factores no relacionados con la oferta y la demanda, continúan conduciendo las cotizaciones del crudo”. En consecuencia de lo anterior, la revaluación del dólar del 5 por ciento podría generar la caída del 25 por ciento en las cotizaciones del petróleo Brent.

Para Morgan Stanley, el factor determinante de los precios del petróleo en la actual coyuntura de intervención activa de la Reserva Federal y de un escenario alcista de tasas de interés en Estados Unidos, es el dólar, que parece gritar a pleno pulmón, que ‘sigue siendo el rey’. La fallida intentona china de devaluar el yuan es prueba fehaciente de que esta divisa no está suficientemente madura, ni consolidada para convertirse en una alternativa al dólar, o incluso, al euro. La pretendida devaluación competitiva impulsada por China prendió todas las alarmas la semana anterior hasta que abortó de manera prematura, arrastrando consigo a las bolsas de todo el mundo y fortaleciendo, aún más, la moneda norteamericana.

La apreciación del dólar encarece de manera relativa el petróleo para los países que tienen una moneda distinta, lo cual puede afectar adversamente la demanda y contribuir a menores cotizaciones del crudo. Como los exportadores de petróleo venden los hidrocarburos en dólares, la revaluación del dólar puede tener un efecto bajista en sus precios, como el que se observa desde el mes de octubre del año pasado, que representa el descenso más pronunciado en las cotizaciones de los últimos 13 años.

El panorama para el 2016 luce color de hormiga, como lo evidencia la reunión extraordinaria convocada por la Opep para el mes entrante. La Reserva Federal seguramente va a mantener la tendencia alcista de los tipos de interés, con lo cual se consolidaría la apreciación del dólar. En este escenario, de mantenerse inmodificadas las condiciones de oferta y demanda actuales, el pronóstico en cuanto a los precios del petróleo es preocupante para un país como Colombia, que pierde 250 millones de dólares al año por cada dólar de reducción del barril de crudo en los mercados internacionales.