Los populistas tienen la costumbre de deshacerse de los principios de libertad republicana. ¡Dios libre a Colombia del populismo petrista!
El populismo generalmente se describe como una ideología centrada en una sociedad separada por una supuesta e incesante batalla entre masas oprimidas y una élite infame, mafiosa o corrupta. El populismo es usado de manera indistinta por avezados políticos de izquierda y de derecha, sin apego a una ideología política consistente que defina y concrete solución alguna a los problemas nacionales.
En palabras de Cas Mudde, politólogo neerlandés y autor de varios estudios sobre populismo europeo, los populistas tienden a argumentar que la política debe ser una expresión de la voluntad general de la gente, mientras que otros estudiosos enfatizan que los populistas tienen una visión maniquea del mundo, que convierten el ejercicio de la política en una visión binaria del bien, profesado por el populismo, y del mal, ejercido por los demás.
El populismo es tan antiguo como la democracia. A mediados del siglo XX, los académicos utilizaron la palabra populista para describir el peronismo en Argentina y el macartismo en Estados Unidos, para luego caer en las desaparecidas dictaduras del Cono Sur, Colombia y Venezuela. En tiempos recientes, el populismo ha experimentado un preocupante resurgimiento, que podríamos llamar neopopulismo del siglo XXI, particularmente en América Latina, con Evo Morales en Bolivia, Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega en Nicaragua y ahora Andrés Manuel López Obrador en México.
En Europa, una investigación del periódico inglés, The Guardian, muestra que los populistas han triplicado su votación en los últimos 20 años, de suerte que en promedio uno de cada cuatro europeos votaron por los partidos populistas en la última elección. Ahora bien, mientras en 1998, 12,5 millones de europeos vivían en un país con al menos un miembro del gabinete de origen populista, esta proporción se multiplicó por diez a 170,2 millones en el 2018. En Alemania, el partido populista de extrema derecha, Alternative fur Deutschland, aumentó su votación en más de seis veces en el 2017 para convertirse en el tercer partido más votado en el parlamento alemán. En Italia, los populistas tuvieron un desempeño aún mejor el año pasado, con tres partidos populistas entre los cinco primeros, ganando más de la mitad de los votos. En los últimos 10 años, los populistas también se hicieron al poder en Grecia, Hungría, Polonia y la República Checa, y parcialmente en Austria, Noruega y Gran Bretaña.
El neopopulismo emerge por el fracaso del establecimiento para hacerle frente a la globalización, la migración en masa, la pobreza y la desigualdad, elementos que se amplifican por la eficacia de las redes sociales.
Los populistas operan inicialmente dentro de los sistemas democráticos. Una vez en el poder, tienen la costumbre de deshacerse de los principios de libertad republicana, la separación de poderes y el respeto del Estado de Derecho para convertirse en autocracias, a veces represivas, que siempre traicionan sus ideales y a sus seguidores.
¡Dios libre a Colombia del populismo petrista!