Estímulo fiscal, confianza del consumidor y mejora de términos de intercambio, se erige como el país con mejor desempeño económico de Latinoamérica.
El gobierno de Iván Duque se encuentra a menos de una semana de la entrega de las riendas del poder ejecutivo. Le corresponde hacer un corte de cuentas, especialmente por el giro hacia la izquierda del régimen político que impulsa el Pacto Histórico, que incluso pretende mandar antes del 7 de agosto.
Es forzoso dejar constancia del estado actual de la economía para evitar luego las recriminaciones típicas del uso del espejo retrovisor, o la confusión política resultante por su ausencia, como sucedió hace 4 años. En esta ocasión, la administración Duque hizo bien la tarea en el seno de la comisión de empalme con los delegados del presidente electo, Gustavo Petro.
En estas breves líneas, resulta imposible abarcar la totalidad de la herencia económica que recibe la nueva administración. Sin embargo, es necesario resaltar algunos hechos incontrovertibles que permiten justipreciar este cuatrienio. Sus contradictores no pueden negar que la peor pandemia sanitaria desde la Gripa Española de 1918 determinó el rumbo económico de Colombia durante las dos terceras partes del mandato Duque.
A lo anterior se suman la violentas protestas de mayo y junio del año pasado, tiznadas de terrorismo urbano y bloqueos de puertos y vías troncales, que pusieron de cabeza el sector productivo, y particularmente, a la agricultura, cuyas secuelas económicas y desabastecimiento de alimentos e inflación aún nos acompañan. Y el regreso de la guerra genocida al viejo continente por cuenta de Vladimir Putin y su gesta imperialista en Ucrania, desplegada con particular sevicia contra la inerme población civil desde comienzos del 2022.
Pese a la furia de esta tormenta perfecta, el Indicador de Seguimiento a la Economía del Dane muestra como la actividad productiva de nuestro país creció de 106,5 en mayo de 2018 a 120,87 en mayo de 2022. La reactivación económica evidenciada desde septiembre de 2020, dejó atrás el negativo impacto de la tormenta perfecta. El FMI convalida lo anterior, habida cuenta que elevó su estimación de crecimiento para la economía colombiana del 5,8% al 6,3% en 2022.
Colombia atraviesa una ‘recuperación sólida y dinámica’, dice el FMI, gracias a los estímulos fiscales del 2021, la renovada confianza de los consumidores, el aumento del gasto y la mejora de los términos de intercambio, con lo cual se erige como el país con mejor desempeño económico de Latinoamérica. Igual podría decirse en la Ocde, cuyas economías crecerán, salvo Colombia, por debajo del 6% este año.
En materia de empleo, la economía nacional perdió 3,6 millones de empleos entre junio de 2018 y junio de 2020 por cuenta de la pandemia y los ruinosos bloqueos, empleos que se recuperaron en su totalidad, según las cifras del Dane de junio de 2022. Se mantienen, sin embargo, otros desafíos para el próximo gobierno, como la inflación, el déficit fiscal, la balanza comercial y el endeudamiento externo.
Andrés Espinosa Fenwarth
Miembro del Consejo Directivo del ICP
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