Informe laboral adverso, publicado por el gobierno de Obama, recomienda realizar consultas formales con el Mintrabajo. Incluyen 19 recomendaciones.
El discurso de la toma de posesión del presidente Donald Trump, fundamenta la visión nacionalista de su mandato en “compre americano y contrate americano”; en particular, Trump confirmó que “todas las decisiones de comercio, impuestos, inmigración y relaciones internacionales serán hechas para beneficiar a los trabajadores y las familias estadounidenses. Debemos proteger nuestras fronteras de los estragos que generan otros países que fabrican nuestros productos, robando nuestras empresas y destruyendo nuestros trabajos. La protección conducirá a una gran prosperidad y fortaleza”.
El plan económico del presidente Trump propone reducir los impuestos corporativos del 38,9 por ciento (equivalente a una y media vez la tasa de tributación promedio de la Ocde) al 15 por ciento; disminuir el fardo regulatorio en 10 por ciento, equivalente a 200.000 millones de dólares al año; eliminar las restricciones impuestas a todas las fuentes de energía de origen estadounidense, incluidas las previstas en el Plan de Acción Climático presentado en la ONU, y extirpar el crónico déficit comercial de 743.600 millones de dólares (noviembre del 2016), mediante la combinación de aumento de exportaciones y reducción de importaciones.
La doctrina Trump determina que todos los acuerdos deben incrementar la tasa de crecimiento económico, contribuir a la reducción del déficit comercial y fortalecer la industria local. La propuesta comprende, de manera prioritaria, varios frentes. El retiro permanente de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), ordenado por el presidente Trump en su primer memorando dirigido al representante comercial de Estados Unidos (USTR), el 23 de enero.
El inicio, en la medida de lo posible, “de negociaciones bilaterales comerciales para promover la industria, proteger los trabajadores y aumentar el salario de los norteamericanos”. Y el anuncio de renegociación del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (Nafta), el cual se concretará en la cumbre que celebrarán los mandatarios de Estados Unidos y México en Washington, el próximo 31 de enero.
En las sesiones de confirmación del Senado de la semana pasada, Wilbur Ross, nominado para la Secretaría de Comercio, anunció su propuesta de “reexamen sistemático” de todos los tratados de Estados Unidos para garantizar que sus concesiones acaten los principios de reciprocidad y simultaneidad del naciente modelo de negociaciones comerciales.
Colombia aún no aparece en este radar. Sin embargo, la administración Obama publicó, el 11 de enero del 2017, un informe laboral adverso, del cual se infiere que Colombia no ha cumplido todos los compromisos del Plan de Acción de Derechos Laborales suscrito por los jefes de Estado de ambas naciones el 7 de abril del 2011.
Por esta razón, el documento recomienda realizar consultas formales con el Ministerio del Trabajo, al tenor del Artículo 17.5 del TLC, las cuales incluyen 19 recomendaciones que le permitirían a nuestro país ponerse a tono con los requerimientos laborales de Estados Unidos, antes de proceder a un proceso formal de disputa comercial, que es menester prevenir.