El país rechaza las temerarias acusaciones de pánico económico contra los empresarios nacionales. 

Roberto Junguito Bonnet -muy apreciado y recordado economista colombiano- nos cuenta en su lúcido ensayo titulado El papel de los gremios en la economía colombiana, que estas organizaciones han jugado un papel crucial, determinante, en la vida económica y política de nuestra nación. Junguito anota que a partir de finales del siglo XVIII, se comenzaron a crear organizaciones privadas para la promoción de las actividades económicas como la agricultura. Desde entonces, la tesonera y ardua tarea de construcción del tejido gremial ha permitido consolidar una estructura sólida, transparente y técnica, que le da validez a sus acciones colectivas y públicas en favor de las actividades empresariales de sus representados, y por esta vía, de defensa de los intereses nacionales.

De tiempo atrás, es conocido que los gremios privados fundamentan sus acciones en estudios y análisis técnicos que le otorgan rigor y seriedad a la férrea defensa de sus agremiados y sus intereses económicos. En muchas ocasiones, estos escritos complementan, o incluso suplen, las probadas deficiencias analíticas de los poderes públicos en Colombia, especialmente en el frente legislativo y gubernamental. Al analizar la gestión gremial de los últimos 100 años, nos encontramos con organizaciones tan antiguas como la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) creada en 1906, la Federación Nacional de Cafeteros de 1927, la Asociación Nacional de Industriales (Andi) de 1944 -actualmente de Empresarios- y la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) de 1945.

La consolidación de la actividad gremial de los últimos treinta años se dio durante la administración del presidente César Gaviria, según el politólogo, Fernando Cepeda, citado por Junguito. En aquel entonces, el gobierno desarrolló nuevos mecanismos de participación ciudadana a nivel gremial para la formulación de políticas públicas, como un resultado de la Constitución de 1991. De allí surgió el Consejo Gremial Nacional en 1993, concebido como un foro permanente de defensa del sector empresarial, la democracia, la competitividad y la libre empresa, conformado por los gremios más representativos del país, que a su vez engloban más de 15.000 empresas provenientes de la industria, la agricultura, la construcción y los sectores de minas y energía, infraestructura, servicios, tecnología, banca, seguros, turismo y comercio.

La importancia de los gremios en Colombia es notable, y por tanto, ameritan reconocimiento y respeto. Así pues, resulta incomprensible y reprochable la carga de profundidad evidenciada contra la institucionalidad gremial de los primeros 100 días del gobierno Petro. El país rechaza las temerarias acusaciones de pánico económico contra los empresarios nacionales, como también las injustas declaraciones contra Bruce Mac Master, presidente de la Andi, para impedir que tutelara el Consejo Gremial Nacional. Por fortuna, la Junta Directiva de la Andi ratificó en la presidencia a Mac Master al decidir, anticipada y unánimemente, extender su mandato hasta noviembre de 2025. El Consejo Gremial Nacional debería hacer lo propio.