Mi Casa Ya requiere 3 billones de pesos para cumplir con el financiamiento de las familias habilitadas del 2022 y con los postulantes del 2023.
Mi Casa Ya es el programa más exitoso en la historia de la política de vivienda de nuestro país.
Las cifras oficiales confirman que más de 250.000 hogares de bajos y medianos ingresos -hasta cuatro salarios mínimos mensuales- se han beneficiado de este programa de Vivienda de Interés Social, VIS.
Mi Casa Ya fue diseñado y puesto en vigor el primero de marzo de 2015 bajo la conducción del entonces vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras y su equipo de trabajo en el Ministerio del ramo, sector que explica el 4,5% del PIB y jalona 1,7 millones de empleos directos a nivel nacional.
Nunca antes una política social había tenido tanto éxito en materia de ejecución y cumplimiento de expectativas de vivienda propia para los más necesitados. Hasta que llegó la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, al Gobierno Petro, quien en un acto de arrogancia y torpe determinación política, decidió suspender -desde septiembre pasado- los subsidios a la tasa de interés y la cuota inicial, sin contemplar su devastador impacto económico y social.
De acuerdo con Camacol, en lo corrido del año, las salidas a ventas de nuevos proyectos VIS se desplomaron 57,8%, las ventas efectivas cayeron 58,7% y la iniciación de construcción de nuevos proyectos se redujo 16,6%.
Los desembolsos de crédito hipotecario de construcción VIS se derrumbaron 91,4%. El saldo de oferta de vivienda VIS por escriturar, pendiente de los subsidios de Mi Casa Ya, se incrementó en 60%, al pasar de 56.938 viviendas en abril de 2019 a 91.040 viviendas en abril de 2023, de las cuales 23.100 viviendas corresponden al rezago del año pasado.
El ministerio de Vivienda decidió meterle el palo en la rueda a Mi Casa Ya con la suspensión de los desembolsos para los subsidios de la tasa de interés y la cuota inicial, a lo cual se suma el erróneo cambio de las reglas de juego para la selección de hogares, que ahora exige que los beneficiarios estén inscritos en el Sisbén, incluso para aquellos habilitados para recibir los beneficios de Mi Casa Ya del 2022. Estos hogares se encuentran a punto de perder todos sus ahorros.
Nada conmueve a la ministra Velasco, ni el vertical aumento de los índices de insolvencia del sector, generado por la abrupta suspensión de los subsidios, el alza al 22,9% de las tasas de interés al constructor y el aumento de los costos, que han empujado a 458 constructores, que representan el 5% del PIB del sector, a solicitar la reorganización o su liquidación.
Mi Casa Ya requiere tres billones de pesos para cumplir con las apremiantes necesidades financieras de las familias habilitadas del 2022 y con los postulantes del 2023. De su cumplimiento, o lo contrario, conoceremos el verdadero talante social y económico del Gobierno del cambio.
ANDRÉS ESPINOSA FENWARTH
Miembro del Consejo Directivo del ICP.
andresespinosa@inver10.co