El BID concluye que las exportaciones son el elemento central del comercio internacional que mayor impacto tiene sobre la productividad.
Paul Krugman, PhD en economía del MIT y profesor estadounidense de la Universidad de Princeton, sostiene que la productividad no lo es todo, pero a largo plazo lo es casi todo. Tiene razón, especialmente por la relación de causalidad existente entre el crecimiento económico y el comportamiento de la productividad.
En otras palabras, para que una
economía pueda prosperar con un impulso de largo aliento es preciso
apostarle al incremento de la productividad. En los estudios reseñados
por el BID en su trabajo titulado ‘Apertura comercial y crecimiento de
la productividad total de los factores’, el comercio internacional se
vislumbra como uno de los principales determinantes de la productividad.
Para
complementar estas investigaciones, el BID analiza, por un lado, el
efecto de las políticas comerciales sobre las exportaciones, y por el
otro, el impacto de las exportaciones sobre el comportamiento de la
productividad. La investigación se realizó en 113 países entre los años
1960 y 2014, y Colombia fue incluida en el estudio.
El trabajo
del BID concluye que los TLC son los acuerdos comerciales que mayor
impacto tienen sobre las exportaciones. En particular, el documento
confirma que los TLC celebrados entre las economías emergentes y los
países desarrollados son los que generan mayores ventajas para los
países involucrados, particularmente para las naciones en desarrollo,
valoradas en una expansión del PIB por año del 0,7%.
En el caso
de las economías más avanzadas, el aporte al aumento del PIB es del 0,5%
al año. Esta investigación confirma que las uniones aduaneras -como la
CAN- y los acuerdos de alcance parcial -como los negociados en el marco
de Aladi- no arrojan mejoras significativas en materia exportadora o de
desarrollo económico.
El BID concluye que las exportaciones son
el elemento central del comercio internacional, que mayor impacto
positivo tiene sobre la productividad total de los factores.
De
lo anterior se desprende que no son ciertos los cantos de sirena que
abogan por una apertura indiscriminada de sesgo importador de una
economía como la nuestra lo que genera mejoras significativas de la
productividad de los factores. La clave reside -vale repetirlo- en la
promoción de las exportaciones más allá de los productos básicos, que
nuestro país tiene relegada al cajón del olvido, desde hace 20 años,
para que coja polvo y no haga ruido.
El BID analiza otros
factores que inciden favorablemente sobre la productividad de los
factores de producción, como la importancia de las dimensiones de la
globalización a nivel económico (comercio e inversión) y político
(libertad de opinión y democracia), que es recomendable cultivar por sus
impactos sobre la productividad y el desenvolvimiento económico.
Estos
resultados deberían iluminarles el camino a los funcionarios encargados
del diseño de la política pública del Ministerio de Comercio sobre la
irrelevancia de los desuetos esquemas de integración del siglo pasado,
la importancia de los TLC y la decidida promoción de exportaciones de
valor agregado.
Andrés Espinosa Fenwarth
Miembro del Consejo Directivo Instituto de Ciencia Política