Actualmente, el sector se encuentra estable y opera presionado por diferentes factores. Sin embargo, diversos analistas prevén que de darse algunas condiciones, pronto la floricultura podría volver a florecer.

Este año, la industria espera facturar US$1.300 millones, aunque ese resultado va a depender de cómo se comporte el clima, la tasa de cambio y otros factores externos.

Marchito, ese ha sido el estado de la industria de las flores en Colombia durante los últimos años. Si bien los números son azules, los expertos del sector saben que podrían ser mejores.
Fue a mediados de la década de los ’60 cuando el sector floreció, alcanzando su época de oro en los ’70 y ’80. Gracias a las tierras privilegiadas del país, la tecnología aplicada y la labor de los empresarios, la industria logró posicionarse como el segundo exportador mundial de flores, luego de Holanda, y llegar a varios mercados. Actualmente, Colombia tiene 90 países como destino de mercado, donde el principal importador es Estados Unidos, dado que a esa nación van dirigidas el 65% de las ventas.
En segundo lugar se encuentra Rusia, seguido de Japón e Inglaterra, que anteriormente ocupaba la segunda posición.
Sin embargo, el tiempo de bonanza se complicó en los ’80, cuando el país «sufrió de manera sistemática, numerosas y repetitivas investigaciones en contra la floricultura. Primero por subsidios a la exportación, luego por los márgenes de dumping que fueron desarrollados por las autoridades comerciales de Estados Unidos, que resolvió de una manera práctica, pero que sacó del mercado a los más pequeños y solamente los que tenían espaldas financieras pudieron sobrevivir», explicó Andrés Espinosa Fenwarth, CEO de Inverdies y ex asesor del Ministerio de Agricultura durante diferentes gobiernos.
Pero esa no ha sido la única barrera con la que se ha encontrado la industria, dado que la revaluación del peso colombiano es una sombra que la sigue desde hace más de una década hasta hoy, y según los pronósticos, seguirá sobre el sector un tiempo más. De acuerdo a Espinoza, este es el peor obstáculo al que se enfrenta actualmente el sector.
«Desde el punto de vista internacional, (la tasa) siempre se maneja en dólares, y la tasa ha sido revaluada por once años consecutivos y eso golpea a cualquier negocio. El problema, en mi opinión, es la tasa de cambio», detalló.
Por lo mismo, las fichas están puestas para cuando esta situación se revierta. «Durante los últimos tres o cuatro años, las exportaciones han sido bastante estables, han habido aumentos del 1% o 2%, aproximadamente, y para este año esperamos algo similar. Cuando termine la revaluación, las expectativas son poder crecer 3% o 5%, como lo hacíamos en el pasado. Sería muy satisfactorio porque la industria tiene capacidad de hacerlo en la medida que el mercado así lo demande», reveló Augusto Solano, presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores).
Por su parte, Espinosa va más allá, debido a que prevé que si se conjugan diversos factores, la industria de la floricultura podría posicionarse en el primer lugar de exportaciones agrícolas en Colombia.
«La industria puede ser la primera en el reglón del sector agropecuario, tiene cómo y con qué, pero siempre y cuando se den ciertas condiciones: una mejora en la tasa de cambio, a nivel macro y a nivel micro, por otra parte, que los empresarios sigan haciendo la tarea e inviertan más en investigación y desarrollo; y que complementen su tema logístico», afirmó el CEO de Inverdies , quien especificó que esto podría darse en el 2015-2016, después que la tasa de cambio de la vuelta.
No obstante, hay otros factores que presionan a la industria, entre ellos el clima y el impacto que tuvo la reciente crisis en las economías de Europa y Estados Unidos, importantes para el mercado colombiano.

«La industria de las flores en Colombia ha estado sometida a una batería, y un ataque de un montón de factores que le han provocado una tormenta perfecta desde hace varios años. Desde principio de la década pasada con la revaluación fuerte del peso colombiano, y después tuvimos problemas de mercado, porque a Estados Unidos se le destruyó la economía, y esos fueron factores de gran incidencia y causaron una depuración grande dentro de los productores, porque mucha gente ha cerrado empresas», explicó Santiago Cock, gerente general de Uniflor.
Por ello, los pronósticos son recatados, dado que si el año pasado la industria facturó US$1.270 millones, este año espera llegar a los US$1.300 millones, aunque ese resultado va a depender de cómo se comporte el clima, la tasa de cambio, y otros factores, reveló Solano.
Ahora, al momento de realizar una evaluación general, Cock mencionó que «estamos en vías de recuperación, todavía con moretones de todas las batallas que hemos dado, estamos esperando, los que dependemos del mercado estadounidense, que haya un repunte en la recuperación de la economía más marcado, pero no estamos en franco deterioro como lo estuvimos hace un tiempo, ahora estamos estables y en recuperación».
Tropicales. Una de las flores más golpeadas de la industria serían las tropicales. El past president de Federación Colombiana de Productores de Flores y Follajes Tropicales Exóticos, Óscar Ospina, reveló que por razones económicas los productores han disminuido en más del 60%, ya que los cultivos ya no son rentables.
«El mercado en varios años ha estado estancado y para decir mejor, ha disminuido desde hace unos cinco. Las proyecciones de crecimiento en la producción son casi nulas, y por lo tanto la exportación también», enfatizó Opsina, aclarando que una de las principales debilidades del sector en el extranjero, es el desconocimiento de los arreglos florales que se pueden hacer con estas especies.
Pese a lo anterior, a juicio del gerente general de Uniflor, este tipo de producto tiene que sortear varios aspectos, como sus dificultades de transporte y el cuidado que deben tener. «Una de las barreras es que este tipo de flor no registre temperaturas muy bajas, por lo que pierde sinergia en economías de escala. Además, como es una flor de nicho, no da buena escala como para llegar a un punto de quiebre que se vuelva competitivo en comparación a otras alternativas».
Pese a esto, el presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores, destaca el potencial que tiene este sector que, según sus datos, representa el 3% de la producción colombiana. «La región de Pereira ha hecho un gran trabajo en ese sentido, dado que ellos han encontrado recientemente una posibilidad en el mercado nacional, porque el resto de la flor tradicional se ha enfocado, fundamentalmente, a las exportaciones», explicó.
Innovaciones. Los actores de la industria tienen claro que se deben realizar acciones más concretas para poder mejorar el sector, dado que no sólo se compite con otros países, sino también con otros productos. Por eso, se tienen que llevar a cabo innovaciones no solo en las variedades, sino también en las tecnologías, procesos productivos, logística y en atraer a nuevos consumidores.
«Un tema importante en la innovación es la comercialización, que llega al consumidor por otros medios, como internet, y empezar a entender los gustos de las nuevas generaciones, que están enfrentados a otros productos tecnológicos y hábitos de compra. Las nuevas generaciones no solo compran para las fechas tradicionales sino, para regalar, pero creo que todavía hay un trabajo muy grande para llegar a ellos, porque las mayores compras se siguen dando en los adultos», detalló Solano.
Por lo mismo, se ha evaluado el explotar la emocionalidad de las flores para llegar a los nuevos consumidores, esto en base a diversos estudios, como uno de la Universidad de Harvard que, según explicó la autoridad de Asocolflores, demuestra que el producto trae alegría y energía, por lo que tenerlas en las casas y oficina influye en los estados de ánimo.

 
Las innovaciones de producción y logística que se han desarrollado durante los últimos años, le han permitido al sector llegar a mercados lejanos, y con productos de buena calidad. «Nosotros por ejemplo, que exportamos a mercados como Japón y Rusia, necesitamos que la flor llegue en buen estado, y que una vez que esté en manos del consumidor, esté en perfectas condiciones y dure por lo menos, dos semanas, y para eso se necesita un excelente proceso productivo, también de transporte, cadena de frío, manejo y logística», relató Solano.
A pesar de los retos con los que tiene que lidiar actualmente la industria, esta se encuentra en un momento estable y no teme de sus competidores. Si bien, Colombia mira con respeto a Ecuador, los expertos dicen que no hay de qué preocuparse.
«No hay competidor pequeño, no desestimamos a ninguno, todos tienen sus posiciones y sus nichos; obviamente en Rusia y Europa, Ecuador tiene una presencia más fuerte que Colombia, pero no en Estados Unidos. Otro importante competidor en este momento es Kenia, que trabaja con unos costos de mano de obra sumamente bajos», reveló el presidente de Asocolflores.
No obstante, a juicio de Cock la gran sorpresa la podría dar otro país. «Un gigante que sí puede estar despertando a raíz del fuerte proceso de revaluación es México, país que tiene un potencial floricultor grandísimo, de hecho, hace varias décadas era número uno en Estados Unidos y ahora ha ganado competitividad con la tasa de cambio, Más que Ecuador, veo a México como un posible contrincante de Colombia en el mercado».