Hace 300 años, Juan Sebastián Bach llegó a la ciudad de Leipzig en el Estado de Sajonia en Alemania para asumir el cargo de director musical (Thomaskantor) de la ciudad, desde 1723 hasta su fallecimiento en 1750. Como director, Bach debía preparar el coro para las cuatro iglesias luteranas (Santo Tomás, San Nicolas, Nueva Iglesia y San Pedro).

Dada la prestancia de su encargo musical en Leipzig, Bach tenía libertad para componer y presentar personalmente su obra. Para celebrar los 200 años de la publicación del himnario de Martín Lutero en 1524, conformado por 39 himnos escritos en lengua vernácula con sencillas melodías fáciles de cantar y talento poético y musical, Bach compuso para cada domingo, entre el 17 de junio de 1724 y el 25 de marzo de 1725, 39 cantatas a partir de cada uno de estos corales luteranos, de las cuales al menos la primera y la última estrofa debían formar parte de los coros inicial y final.

Desde junio de 1908, Leipzig celebra el Festival Bach. Cada año, se presentan cerca de 100 obras del compositor más grande de todos los tiempos, que este año comenzó con la Pasión según San Mateo y se clausuró con la Misa de Bach en la maravillosa iglesia neogótica del siglo XII de Santo Tomás, donde reposan los restos mortales del maestro alemán.

El Festival Bach 2024 se consagró al extraordinario ciclo de las cantatas en la ciudad donde Bach las compuso e interpretó por primera vez. Con la orientación de nuestro profesor de música, el pianista santandereano, Alfonso Pérez, organizamos con varios amigos el viaje a Leipzig para asistir al Festival Bach de este año.

Entre las obras que nos impresionaron, sobresalen las Sonatas y Partitas para violín del griego Leonidas Kavakos en dos conciertos en la Iglesia de San Nicolás y Santo Tomás, junto a la tumba del compositor. El control y la calidad del sonido que obtiene Kavakos con su venerable Stradivarius son de altísima escuela, con la sensación de haber asistido a una ejecución magistral, bachiana, profunda y compleja.