El Congreso tiene una oportunidad de oro para atajar a los bárbaros y defender la democracia, amenazada por la crispación social.
El país nacional y el país político están conmocionados por los violentos disturbios de la última semana. La turba enardecida por el abuso policial en un caso particular, que debemos rechazar a pie juntillas, fue manipulada y coordinada con el silencio cómplice de las autoridades municipales por las fuerzas oscuras del socialismo bolivariano, los terroristas del Eln y la retaguardia armada de las Farc, que se disfrazan de insurgentes para promover su estrategia refundacional del país con su ideología marxista.
El largo camino de toma de las instituciones educativas, las cortes, los medios de comunicación, los centros de pensamiento financiados desde el exterior y el poder local en las principales capitales y algunos departamentos del país, les ha permitido mantenerse agazapados en procura de una excusa para irse lanza en ristre contra la fuerza policial de 157 mil hombres y mujeres que nos garantizan la seguridad ciudadana. Tiene razón el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, cuando afirma que “los hechos vandálicos y violentos dan cuenta de que no se trata de una acción espontánea, si no de una acción sistemática y organizada”.
Desde la negociación del proceso de paz en La Habana nos han dejado saber que el establecimiento no es requerido para gobernar, sino para administrar la transición -por definición temporal- hacia el marxismo socialista, pero sin llamarlo así. De manera velada, la oscura camarilla del socialismo del siglo XXI va cooptando en forma gradual la sociedad toda sin saber a qué ideología pertenece o para donde va, como ocurrió en Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Pero como dice Axel Kayser en un escrito reciente publicado por el diario chileno, El Mercurio, “Vienen por todo”.
No seamos ingenuos. Los bárbaros están tocando la puerta de la democracia colombiana para derribarla. Su único objetivo es tomarse el poder para transformar a Colombia en un país marxista, sin empresarios ni partidos de oposición, sin medios de comunicación independientes ni separación de poderes públicos, sin religión ni credo confesional.
Visión Colombia 2022, liderado por el abogado Rodrigo Pombo, en desarrollo del artículo 37 de la Constitución Política, construyó un brillante proyecto de ley de iniciativa parlamentaria para regular el derecho a la manifestación y movilización social pacífica en el territorio nacional y definir las responsabilidades de sus promotores y participantes. Cae, entonces, como anillo al dedo el poema del griego Constantino Cavafis “Esperando a los bárbaros”, que proclama: ¿Qué esperamos congregados en el foro? A los bárbaros que hoy llegan. ¿Por qué esta inacción en el Senado? ¿Por qué están ahí sentados sin legislar los senadores? Porque hoy llegarán los bárbaros, ¿qué leyes van a hacer los senadores? Ya legislarán los bárbaros, cuando lleguen”. El Congreso tiene una oportunidad de oro para atajar a los bárbaros y defender la democracia, amenazada por la crispación social promovida por las fuerzas disolventes del orden establecido.