En el mundo entero se habla de ‘El juego del calamar’, la exitosa serie de Netflix que ha roto todas las barreras de audiencia global con 115 millones de espectadores. El programa coreano de televisión por cable de tinte distópico -sociedad ficticia indeseable por sí misma- es la pesada historia de 456 participantes, endeudados, de distinto origen y fortuna, incluido un banquero fugitivo y un adicto al juego, que interactúan y compiten a muerte en un parque infantil por un premio mayor de 38 millones de dólares. 

La serie de Netflix describe el comportamiento y las decisiones irracionales de personajes imaginarios, pero de carne y hueso, que podrían haber sido descritas por la teoría de juegos o los modelos psicológicos de comportamiento humano, cuyas decisiones llevan a sus participantes, y a los telespectadores, a situaciones extremas y chocantes, que es mejor evitar. Según Netflix, ‘El juego del calamar’ le ha generado al PIB coreano recursos que superan los 1.900 millones de dólares y 16.000 nuevos puestos de trabajo. 

Este nuevo éxito de Corea del Sur hace parte de una ambiciosa apuesta económica y cultural diseñada en los años noventa, que se suma al vídeo musical de ‘Gangnam Style’, del rapero surcoreano Psy, de 34 años, pelo engominado y peinado hacia atrás, cuyo pegajoso baile se convirtió, en el 2018, en el más visto en la historia de YouTube con más tres mil doscientos millones de reproducciones. A lo anterior se suma el éxito de taquilla de la ganadora de un Oscar a la mejor película de 2020, ‘Parásitos’, que muestra con crudeza la descomposición de la sociedad moderna. 

En lo económico, la apuesta coreana ha generado ingresos por 10.800 millones de dólares en 2020, equivalentes al 10% de las ventas de circuitos integrados, su principal producto de exportación. 

En materia cultural, Corea del Sur desarrolla el poder blando, concepto creado por Joseph S. Nye Jr., de la Universidad de Harvard, para explicar la seducción de las masas por la vía de atracción o la cooptación de sus gustos en lugar de la coerción ciudadana.