La Comunidad de Valencia, azotada por la Dana, puede ser el último estanco del hundimiento político de Sánchez.
De modo creciente, el gobierno socialista del presidente español, Pedro Sánchez, se asemeja al Titanic, que se suponía fiable e insumergible hasta que naufragó en las gélidas aguas del océano Atlántico.
Sánchez, siguiendo a pie juntillas los dictados de su libro titulado ‘Manual de Resistencia’, siempre huye hacia adelante en momentos de crisis y culpa a la derecha -a los ultras- de lo que acontece a su alrededor, incluso, y especialmente, cuando es responsable por acción u omisión. La corrupción es uno de los icebergs que puede hundir su buque político.
La seguidilla de apertura de investigaciones en calidad de investigada contra Begonia Gómez, la guapa esposa del presidente Sánchez, comprende la apropiación indebida de software de la Universidad Complutense de Madrid, intrusismo profesional por carencia de competencias para el desempeño de las funciones académicas realizadas después de meses de intrigas palaciegas, tráfico de influencias y corrupción en los negocios para beneficio de su propio peculio por el millonario rescate financiero de Air Europa, delitos que conllevan multas y años de cárcel, según el Código Penal español.
Las peripecias judiciales del exministro, José Luis Ábalos, antigua mano derecha de Sánchez, incluyen una acusación como actor principal en la corrupta trama para su lucro personal de la venta de mascarillas durante la pandemia del Covid y el encubrimiento del depredador sexual, Iñigo Errejón, vocero de Sumar, el partido político de la coalición de izquierda radical del gobierno, fundado con la primera vicepresidenta, Yolanda Díaz, alcahueta que debería dimitir.
Estos témpanos golpean por debajo de la línea de flotación el navío de Sánchez, que hace agua por todas partes. Al igual que el Titanic, la administración socialista de Sánchez opera con compartimentos estancos, de suerte que si se inunda uno o varios de ellos, pero no todos, el plan de polarización y radicalización del clima político sigue a paso de carga.
De análoga manera se mueven la colonización de las instituciones y de los medios de comunicación; la cooptación judicial con un Fiscal General de bolsillo encausado por el Tribunal Supremo por la revelación de secretos en la causa contra la pareja de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad Madrid, del partido de oposición, el PP.
Una administración que avanza sin Presupuestos Generales por su incapacidad para conseguir una mayoría parlamentaria para su aprobación. Gobierno en manos de un prófugo de la justicia -Puigdemont-, separatista catalán, que pretende prenderle fuego a la Constitución de 1978, que coloca la unidad de la nación como la esencia de la democracia española.
La Comunidad de Valencia, azotada por la Dana -el fenómeno climático regional más mortífero de los últimos 60 años-, puede ser el último estanco del hundimiento político de Sánchez, indolente, tardío, huidizo y lejano frente al profundo dolor de sus connacionales.
ANDRÉS ESPINOSA FENWARTH
Miembro del Consejo Directivo del ICP.
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