Trump sabe que este es su último mandato presidencial. Por esta razón, inició la renovación ideológica del Partido Republicano.
Los antiguos versos en latín de Ovidio, Novos Ordo Saeculorum, se han lexicalizado en español como ‘El comienzo de una nueva Era’. La arrasadora victoria del expresidente Donald Trump del 5 de noviembre, resultó ser una marea roja, que abarca la totalidad de Estados Unidos, salvo la costa oeste y el noreste del país.
La regeneración del Partido Republicano, el regreso de Trump a la Casa Blanca y la hegemonía conservadora en el Senado y la Cámara de Representantes, dan inicio a una nueva Era, tanto local como internacional. Como dice Yuval Levin, uno de los pensadores conservadores más respetados en Washington, el Congreso estadounidense de mayoría republicana será el encargado de moldear el futuro, las Cortes, de tendencia conservadora, deberán interpretar y defender el pasado, y Trump, líder del Partido Republicano, de administrar el presente.
Trump sabe que este es su último mandato presidencial. Por esta razón, inició la renovación ideológica del Partido Republicano con la designación del joven vicepresidente electo, JD Vance, un brillante intelectual de peso proveniente de las filas conservadoras, y de Marco Rubio, nominado secretario de Estado, hijo de inmigrantes cubanos, actual senador del Estado de la Florida, que amplió significativamente el margen favorable de los republicanos. La designación de Rubio es el reconocimiento al voto latino que contribuyó, de forma decisiva, a la aplastante victoria de Trump en las pasadas elecciones.
El regreso a las raíces conservadoras del Partido Republicano con Vance y la nominación de Rubio al frente del Departamento de Estado, garantizan la renovación política del Partido y de la burocracia estatal no identitaria, así como la redefinición de una política exterior y de control fronterizo nacionalista no progresista, que, por primera vez, priorizará a Latinoamérica.
De la maraña informativa sobresale una estrella, Elon Musk, genio y figura, el billonario actual más acaudalado del mundo con 306 mil millones de dólares, según la revista Forbes; inmerso como estratega político republicano, encargado por Trump de la desregulación estatal. Musk es cofundador e ingeniero jefe de SpaceX, la empresa aeroespacial que planea enviar una misión tripulada a Marte; Starlink, la constelación de satélites de comunicaciones; Tesla y sus carros eléctricos; xAI de Inteligencia Artificial; Neurolink de neurociencia y la red X, antes Twitter.
Musk fue definitivo en la fase final de la campaña presidencial. Musk usó la red X y 100 millones de dólares a favor del expresidente Trump, estrategia que le permitió contrarrestar la desinformación mediática y la persecución legal en su contra.
Además de Musk y los billonarios banqueros que siguen a Trump, veremos una sinergia entre Silicon Valley y Wall Street, que puede traducirse en una revolución tecnológica y financiera sin precedentes, que le permita a Estados Unidos enfrentar al dragón chino, que busca la supremacía económica global.
ANDRÉS ESPINOZA FENWARTH
Miembro del Consejo Directivo del ICP
andresespinosa@inver10.co