En el centro del saqueo de la UNGRD, la Fiscalía tramita una imputación contra los exministros de Hacienda, Ricardo Bonilla, y del Interior, Luis Fernando Velasco, por el direccionamiento de millonarios contratos.

El carro de heno es un tríptico de madera del pintor holandés, El Bosco, elaborado entre los años 1500 y 1516, actualmente en el Museo del Prado de Madrid. En la zona izquierda, El Bosco encarna los orígenes del pecado de corrupción. En el centro, el pintor nos muestra la humanidad arrastrada por el pecado, detrás del carro de heno, inspirado en un proverbio flamenco que evidencia como la corrupción es un carro de heno del que todos despojan lo que pueden, sin darse cuenta de que los guías son demonios que los conducen de cabeza hacia el Infierno. En el panel derecho, El Bosco representa el Averno en construcción.

Este óleo es una alegoría en tres actos de la corruptela del petrismo en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD. Según la Fiscalía, el origen del entablado de putrefacción se remonta a una reunión en la mañana del 21 de septiembre de 2023 en la Casa de Nariño, denominado el ‘conclave’, realizado entre Carlos Ramón González, exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia, presunto ordenador del cohecho, prófugo, antiguo militante del M-19 de la entraña del presidente Petro; el entonces director de la UNGRD, Olmedo López, articulador confeso de los sobornos; y Sandra Ortiz, consejera presidencial para las regiones de la época, imputada por la Fiscalía, capturada y portadora de las coimas en metálico para los congresistas presos, Iván Name y Andrés Calle.

En el centro del saqueo de la UNGRD, la Fiscalía tramita una imputación contra los exministros de Hacienda, Ricardo Bonilla, y del Interior, Luis Fernando Velasco, por el direccionamiento de millonarios contratos para la compra del favor de los congresistas en los proyectos claves del gobierno Petro. La Fiscalía también acusará a César Augusto Manrique, exdirector del Departamento Administrativo de la Función Pública por el desvió de millonarios contratos de la UNGRD.

Desde el Hades -la sede del Gobierno-, el presidente Petro admitió que “la UNGRD la manejó un grupo de bandidos y yo soy culpable, porque puse uno de ellos a manejarla”.