Según encuesta del FEM, los factores que entorpecen los negocios en el país son corrupción, infraestructura, burocracia y normas tributarias.

La competitividad colombiana camina de lado, o hacia atrás, como el cangrejo. Esta es la principal conclusión que surge después de examinar cuidadosamente el Informe de Competitividad Global 2016-2017 del Foro Económico Mundial, el cual define la competitividad como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país. El nivel de productividad establece, a su vez, el grado de avance que puede alcanzar una economía.

Estos elementos confirman la importancia de esta herramienta analítica para los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, los cuales deberían promover una eficaz colaboración público-privada que impulse decididamente la competitividad y la prosperidad nacional.

El Informe combina 114 indicadores de 138 países, los cuales se agrupan en 12 pilares y se ordenan en requisitos básicos, potenciadores de eficiencia y factores de innovación y sofisticación. Colombia se ubica en el puesto 61, sin avance alguno respecto del año pasado. Por el contrario, sobresale el asombroso retroceso macroeconómico, al pasar del puesto 32 al 53. Las razones de fondo que explican este preocupante deterioro son el desplome en la calificación correspondiente por el aumento de la inflación (1 a 103), la deuda externa (61 a 72) y el déficit presupuestal (37 a 62).

El Informe celebra el décimo aniversario del Sistema Nacional de Competitividad de nuestro país, encargado de la coordinación de las actividades del Gobierno en materia de competitividad y productividad con el sector privado y la academia. Para la organización y ejecución de estas políticas a nivel nacional y empresarial, se crearon el Consejo Nacional y las Comisiones Regionales de Competitividad.

El análisis de la competitividad de esta década evidencia serias deficiencias en, prácticamente, todos los frentes, públicos y privados. Si bien caminamos del puesto 65 en el 2006 al lugar 61 en el 2016, por cambios metodológicos, descuidamos los requisitos básicos de competitividad (73 a 85) y los factores esenciales de innovación (48 a 63). La explicación de esta década perdida en competitividad es aplastante: caímos como plomo en instituciones (68 a 112), consecuencia del ascenso del despilfarro de los dineros públicos (97 a 124), la tramitología estatal (97 a 124) y el favoritismo oficial (70 a 112), sumado a la pérdida de confianza en los políticos (84 a 112) y en la independencia judicial (66 a 113). Descendimos, pesadamente, en eficiencia de mercados (51 a 100), por el incremento irracional de las tasas de tributación (110 a 133) y las falencias en infraestructura (75 a 84), salud, educación (88 a 90), sofisticación empresarial (48 a 59) e innovación (57 a 79), esto último como resultado de la significativa merma en el gasto privado en investigación y desarrollo (69 a 101).

Por último, según la encuesta empresarial del Foro, los principales factores que entorpecen los negocios en Colombia son, en su orden, impuestos, corrupción, infraestructura, burocracia y normas tributarias.

¡Así no hay quien compita!