Para los países desarrollados, la generación de empleo y la sostenibilidad ambiental prevalecen sobre la ortodoxia monetaria y la austeridad fiscal.

Los economistas han identificado cuatro períodos de precios altos de las materias primas en esta era. El repunte de precios va seguido de una desaceleración de sus cotizaciones de duración similar en el cual la oferta se iguala a la demanda. El resultado final es un ciclo completo de auge y caída de los precios, que puede durar entre 20 y 30 años. El primero de estos ciclos coincidió con el surgimiento de Estados Unidos como potencia económica global a finales del siglo XIX. 

El segundo afloró por la acelerada reindustrialización de Alemania y Japón registrada después de la Segunda Guerra Mundial en la década de los años cincuenta. El tercer ciclo tuvo lugar durante las crisis de los precios del petróleo de la década de los años setenta, que indirectamente impulsó las cotizaciones de otros productos básicos al elevar sus costos de producción y comercialización internacional.

El incremento de precios más reciente tuvo lugar durante la rápida industrialización de China, que comenzó a fines de la década de 1990, impulsada por un abultado gasto en infraestructura y la creación de nuevas ciudades. A comienzos del 2011, la oferta y la demanda finalmente encontraron su punto de equilibrio, con lo cual los precios de los productos básicos se estabilizaron y luego entraron en barrena hasta el mes de abril de 2020.

De acuerdo con Goldman Sachs, el coronavirus ha marcado el comienzo de un nuevo ciclo de crecimiento de los precios de las materias primas, derivado de la combinación de una política monetaria laxa, generosos estímulos fiscales orientados a compensar la recesión económica resultante de las restricciones sanitarias aplicadas para contener la pandemia y la recuperación de la demanda agregada.

El comportamiento de los tres índices de materias primas más importantes del planeta observado desde la primavera de 2020 comprueba lo anterior. El S&P GSCI de Goldman Sachs y Standard & Poor’s, que monitorea la evolución de los 24 productos básicos más vendidos en el mundo, aumentó 112 % en estos 16 meses. El Bloomberg Commodity Index, compuesto por 23 contratos negociados en la Bolsa de materias primas, desde maíz y aluminio hasta gas natural, avanzó 54 % después de alcanzar mínimos históricos en el segundo trimestre del año pasado. El Metal and Mineral Price Index, que mide el promedio ponderado de los precios del aluminio, cobre, mineral de hierro, plomo, níquel, estaño y zinc a nivel global, aumentó 90% entre abril de 2020 y los primeros días del mes de agosto de 2021.

Actualmente, para los países desarrollados, la generación de empleo y la sostenibilidad ambiental prevalecen sobre la ortodoxia monetaria y la austeridad fiscal impuesta por la crisis financiera de 2008-2009. En la medida que esta visión se mantenga, el ciclo alcista de precios de las materias primas seguirá su camino.