YanHass, acreditada empresa de investigación de mercados, publica periódicamente una encuesta independiente realizada en las principales ciudades del país, en la cual mide el pulso de la Nación. El informe de la semana pasada, con un nivel de confiabilidad del 95 por ciento y un margen de error del 3,7 por ciento, presenta un panorama desolador, que debería ser fuente de preocupación y profunda meditación en esta Semana Santa.

A la pregunta, ¿cree usted que en el momento actual la economía colombiana está progresando, se encuentra estancada o va en retroceso?, el 38 por ciento considera que va en franco retroceso y el 51 por ciento que está frenada. A finales del año pasado, el 21 por ciento respondió que la economía estaba en retroceso y el 48 por ciento que estaba empantanada.

El sentimiento a nivel empresarial también se descolgó. A la pregunta ¿cómo calificaría usted la situación económica de las empresas?, el 30 por ciento respondió que mala o muy mala, en claro contraste con las expresiones favorables del 23 por ciento de los encuestados. En diciembre del 2015, el 20 por ciento concebía que el estado de las empresas era deplorable, mientras que el 31 por ciento argüía que era muy saludable.

En el contexto familiar, el 26 por ciento confiesa que la actual situación económica es mala o muy mala, frente al 23 por ciento que estima es favorable. A finales del año anterior, el 18 por ciento de los encuestados manifestaba que las finanzas familiares eran malas o muy malas, contra el 26 por ciento que expresaba lo contrario.

El 59 por ciento reconoce que la actual situación del empleo en el país es mala o muy mala; tan solo el 7 por ciento opina que, en materia de empleo, el país va viento en popa. A finales del 2015, el 49 por ciento consideraba precario el tema laboral.

A finales del año pasado, el 31 por ciento se sentía pesimista o muy pesimista; la semana pasada, la percepción negativa ascendió al 39 por ciento. Por su lado, los optimistas se desplomaron del 31 al 20 por ciento en este breve lapso de tiempo.

La aprobación presidencial bajó del 31 al 16 por ciento entre mediados de diciembre del 2015 y la tercera semana de marzo del 2016; el gabinete ministerial hizo lo propio, pues se desmoronó del 20 al 13 por ciento en el periodo. Así, no sorprende el ostensible deterioro y la consecuente desaprobación de la gestión gubernamental de los grandes temas nacionales: relaciones internacionales, educación, proceso de paz, energía, transporte, salud, lucha contra la delincuencia y corrupción.

En general, sopesando todos los aspectos políticos, económicos y sociales del país, el 76 por ciento de los encuestados expresa que el país va por mal camino, contra el magro 20 por ciento que precisa lo contrario.