El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció en un memorando publicado la semana pasada los tempranos avances del presidente Iván Duque “en la reducción de los niveles récord de cultivos de coca y producción de cocaína heredados de su predecesor y sus principales esfuerzos para reiniciar un programa de aspersión aérea”. El memorando presidencial en comento añade que “este progreso debe continuar y expandirse (…) para alcanzar nuestra meta conjunta de 5 años para reducir el cultivo de coca y la producción de cocaína a la mitad para fines de 2023”, es decir, a 84.500 hectáreas y 560 toneladas métricas, respectivamente. 

Para Colombia, esta determinación es de suma importancia, dado que reconoce el perverso legado del anterior gobierno y los desvelos de la presente administración en la lucha contra los cultivos ilícitos contenida en el programa oficial denominado Ruta Futuro, que incluye el regreso a la aspersión aérea de las siembras cocaleras en términos y condiciones más realistas que los anteriormente exigidos por la Corte Constitucional en la Sentencia T-236 de 2017.

La decisión del presidente Trump sobre los principales países productores y de tránsito de drogas ilícitas para el año fiscal 2020 incluyen a Afganistán, Bahamas, Belice, Bolivia, Birmania, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, India, Jamaica, Laos, México, Nicaragua, Pakistán, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela. El memorando presidencial advierte que la presencia en este listado no necesariamente refleja los esfuerzos antinarcóticos o su nivel de cooperación con Estados Unidos. La razón por la cual los países mencionados se incluyen en esta clasificación es la combinación de factores geográficos, comerciales y económicos, que permiten la fabricación o el paso de drogas ilícitas, incluso si un gobierno, como el nuestro, emprende medidas de control de narcóticos, sólidas y diligentes.

Por último, el presidente Trump le impuso matrícula condicional a México para garantizar su plena cooperación en la reducción de la producción de heroína, elaboración ilegal de fentanilo y demás formas de tráfico de drogas y descertificó a Bolivia y Venezuela por su complacencia con el tráfico de narcóticos.

Autor: Espinosa Fenwarth

Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia Liberal no responde por los puntos de vista que allí se expresen.