Cincuenta años después de la abominable guerra del Yom Kippur, Hamás -el grupo terrorista palestino que controla la franja de Gaza desde 2006-, perpetró un aleve ataque por tierra, mar y aire en contra del Estado de Israel. Milicianos armados de Hamás -cuyo objetivo terrorista es la eliminación de Israel- protegidos por miles de misiles lanzados entre las ciudades de Ashkelon y Tel Aviv, burlaron el muro y los alambrados perimetrales que separan la franja de Gaza de Israel -de 41 kilómetros de largo y entre 6 y 14 kilómetros de ancho- para asesinar y secuestrar civiles y militares, rehenes que luego fueron trasladados a la franja de Gaza.

Israel declaró el estado de guerra y revindicó el derecho a defenderse. El ministro de Defensa de Israel, Yoav Glant, ordenó un asedio y bloqueo total de la franja Gaza donde se origina el ataque terrorista. Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea apoyan incondicionalmente a Israel. Los países árabes, Qatar en particular, por cierto residencia y santuario del líder terrorista de Hamás, Ismail Haniya, han manifestado su complacencia con los crímenes de guerra de Hamás.

The Wall Street Journal develó la activa participación de Irán en la preparación de la operación terrorista de Hamás. Durante meses hubo contactos triangulados para montar este ataque, que cogió por sorpresa al Mossad, la prestigiosa cúpula de la inteligencia israelí. El gobierno de Teherán –enemigo declarado de Israel– se convirtió, en efecto, en la base de operaciones para la planificación del peor ataque terrorista de la historia de Israel.

A la luz de los graves los acontecimientos reseñados, esperábamos un rechazo vertical de parte del Estado colombiano. El hilo de trinos del presidente Gustavo Petro deja mucho que desear, pues refleja un claro sentimiento antisemita, que resulta inaceptable para los demás colombianos, que condenamos, sin titubear, el terrorismo y el racismo. Los crímenes de guerra del grupo terrorista Hamás no dan lugar a equivoco alguno, salvo su pleno rechazo. No existe justificación, de ninguna naturaleza, para su accionar terrorista en contra de Israel.