Salvo la construcción, que aumentó el empleo en 11,3% y los servicios comunales del gobierno, que lo hicieron en 1,9%, las demás actividades conómicas nacionales se redujeron
Columna de Andrés Espinosa – Vanguardia.com
La última encuesta integrada de hogares del Dane arroja resultados preocupantes.
Para el mes de mayo, la tasa de desempleo de nuestro país aumentó del 9,7% el año anterior al 10,5%, el doble del dato de Perú y Chile y el triple de México y Estados Unidos. A nivel nacional, la población ocupada en el último trimestre ascendió a 22 millones de personas, con una disminución de 337 mil personas ocupadas, respecto de igual periodo del año pasado. De este total, cerca de la mitad de los residentes colombianos en edad de trabajar tienen empleos informales, que les impide aportar al sostenimiento de la seguridad social, menos aún a la pensión al final de su vida productiva. Además, se encuentran sin empleo 2,6 millones de compatriotas a lo largo y ancho del país, cuyo registro aumentó en 243 mil personas en el periodo mencionado.
Salvo la construcción, que aumentó el empleo en 11,3% y los servicios comunales del gobierno, que lo hicieron en 1,9%, las demás actividades económicas nacionales se redujeron de forma significativa. Resulta alarmante el desplome en materia de generación de empleo de la agricultura y la ganadería del 11%; de las actividades inmobiliarias y de alquiler en 3,9%; del transporte y las comunicaciones en 3,6%; de la industria manufacturera en 1,5% y en menor grado, la reducción del 0,2% en el empleo generado por el comercio, los hoteles y los restaurantes.
Pareciera como si los principales motores de la economía crecieran en forma agregada en torno del 3% al año, pero sin generar puestos de trabajo, salvo el caso de la construcción, que saca la cara por todos los demás.
Para fomentar el empleo, es menester remover las barreras estructurales que impiden la generación de mayores puestos de trabajo, ligadas a la baja cobertura, pobre calidad, reducida productividad y cuestionable pertinencia técnica de nuestro sistema educativo, complementado con un mayor énfasis en la educación técnica, flexibilidad y adaptabilidad laboral.