Por fortuna, el sanchismo está de salida; todas las encuestas confirman un retroceso de la izquierda en España.

Las elecciones autonómicas y regionales españolas que se celebran el próximo domingo, 28 de mayo, están, como se dice popularmente, para alquilar balcón. Se encuentran en juego los liderazgos regionales en todos los municipios y las comunidades autónomas, con la excepción de Andalucía, Cataluña, Castilla y León, Galicia y el País Vasco, que realizaron sus comicios de forma anticipada, conforme lo dispone el régimen electoral español.

La campaña electoral comenzó el viernes 12 de mayo y finaliza oficialmente un día antes de la apertura de las urnas electorales. Nunca antes la joven democracia española -cimentada en un sólida monarquía constitucional liderada con maestría por el Rey Felipe VI- ha sido testigo de una contienda política tan crucial como la actual.

Los políticos españoles no se van por las ramas. Menos aún en el seno del Hemiciclo en el Palacio renacentista de las Cortes, que alberga el Congreso de los Diputados. En España, los políticos van a lo que van, sin medias tintas. Especialmente en estos comicios regionales, que son la antesala, y si se quiere, las primarias de las Elecciones Generales de finales del 2023. Votaciones que definirán la suerte de un Gobierno socialista extremista, que tanto daño le ha hecho a España y a Hispanoamérica -Colombia incluida- con su nefanda influencia pseudoprogresista de izquierda radical.

La contienda electoral tiene poderosos actores políticos, cierto, pero la nuez gira en torno de los desencuentros entre el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez del PSOE, y Alberto Núñez Feijóo, barón electoral gallego, que lidera con suficiencia la oposición desde la dirección del Partido Popular, PP. La estrategia de Feijóo es simple, razonada y poderosa, derogar el sanchismo, que se ha convertido en un régimen populista, con ganas, pero sin razones para quedarse más tiempo en el Palacio de la Moncloa, la sede de la Presidencia del Gobierno español.

Para entender la esencia de la campaña electoral española, basta referirse a la sesión de control político del Gobierno en el Senado de la semana pasada, en la cual Feijóo, desde un escaño del PP, le cantó la tabla al presidente Sánchez. Feijóo increpó con dureza a Sánchez al arrostrarle que el presidente es más generoso con los verdugos, que con las víctimas, a propósito del apoyo incondicional del Partido Bildu, coalición electoral independentista vasca, que incluye antiguos miembros del tenebroso grupo terrorista ETA; Sánchez es más cruel con los españoles, que con el PP; se presenta con arrogancia ante los españoles, pero sumiso ante los socios de Bildu, que provienen de ETA. Feijóo terminó diciendo que “no se puede soplar y sorber al mismo tiempo, o rompe con Bildu o rompe con la decencia”.

Por fortuna, el sanchismo está de salida; todas las encuestas confirman un retroceso de la izquierda en España.

ANDRÉS ESPINOZA FENWARTH
​Miembro del Consejo Directivo del ICP
andresespinosa@inver10.co