Los subsidios estadounidenses al maíz son contrarios al espíritu y la letra de lo acordado en el TLC.
La negociación del capítulo agrícola del Tratado de libre Comercio (TLC) con Estados Unidos –vigente desde mediados de mayo de 2012– se fundamentó en la nivelación de la cancha de juego. Como jefe negociador agrícola de la época, acredito que Estados Unidos pactó “abstenerse de aplicar cualquier subsidio a sus exportaciones” agropecuarias a Colombia.
El razonamiento conceptual detrás de esta obligación estipulada en el TLC es simple, pero potente. Dado que el TLC dispone una apertura gradual de nuestro mercado agrícola, su implementación solamente se puede perfeccionar si se ajusta a lo convenido, y en particular, se realiza sin subsidios agrícolas, que por definición, distorsionan las condiciones de bilaterales de comercio. El TLC establece, asimismo, que ambos países “comparten el objetivo de eliminación multilateral de los subsidios a la exportación de mercancías agrícolas” por lo cual “deberán trabajar juntos para eliminar dichos subsidios y evitar su reintroducción”.
Más claro imposible. Sin embargo, en la práctica este compromiso legal, exigible a nivel internacional, no se cumple. Desde la Ley de Ajuste Agrícola de 1933 –dominante en su concepción e instrumentación básica– Estados Unidos protege y subsidia su agricultura, especialmente en sectores y productos estratégicos. El caso del maíz es único, especialmente por el hecho de que Estados Unidos es el principal jugador del mercado mundial, habida cuenta de que produce 366 millones de toneladas y exporta 62 millones de toneladas, según las cifras de la FAO de 2018. De acuerdo con Fenalce, la producción de maíz de Colombia fue de 1,5 millones de toneladas el año pasado.
Las exportaciones de maíz de Estados Unidos a Colombia crecieron exponencialmente de 234 mil toneladas en el 2012 a 5,5 millones de toneladas en el 2018. En valor, las exportaciones de maíz norteamericano a Colombia se multiplicaron por doce al pasar de 75 millones de dólares en el 2012 a 929 millones de dólares en el 2018, gracias a la rebaja arancelaria del TLC y a los subsidios agrícolas norteamericanos. De acuerdo con The Environmental Working Group, los subsidios concedidos por Estados Unidos al maíz ascendieron a 112.200 millones de dólares entre el 1995 y el 2017. Según la firma de abogados de Nueva York, Hugues Hubbard & Reed, los subsidios federales norteamericanos al maíz sumaron 6.393 millones de dólares en el 2017. El Ministerio de Comercio confirmó recientemente que los subsidios estadounidenses al maíz ascienden a 27,31 dólares por tonelada. Dado que Estados Unidos exportó 26 millones de toneladas de maíz a Colombia entre el 2012 y el 2018, los subsidios otorgados al maíz exportado a nuestro país valen 710 millones de dólares, que deben ser contrarrestados.
Así, los subsidios estadounidenses al maíz son contrarios al espíritu y la letra de lo acordado en el TLC. Por tanto, si queremos preservar la producción nacional de maíz, es fundamental que el Ministerio de Comercio restablezca el arancel vigente antes del TLC.
Andrés Espinosa Fenwarth
Miembro Consejo Directivo del ICP
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