El Gobierno y las autoridades municipales tienen la obligación de restaurar y proteger todos los monumentos.
La historia es la conciencia de la libertad. Su narrativa, los cimientos del libre albedrío ciudadano. Sin historia y sin narrativa, no hay libertad que sobreviva ni democracia que resista los embates de sus extraviados detractores.
A lo largo y ancho del planeta, las naciones que defienden el Estado de Derecho y las libertades individuales, erigen monumentos conmemorativos para recordarles a las generaciones venideras las gestas de emancipación y consolidación democrática de naciones independientes de las ataduras autocráticas del pasado.
En Colombia, el Monumento a Los Héroes, ubicado en el cruce de la Autopista Norte y la Calle 80 en Bogotá, está dedicado, desde hace 50 años, a la memoria de los soldados de los ejércitos que participaron en las batallas por la independencia de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Venezuela.
En su concepción original, el Monumento pretendía ser la puerta de entrada a la ciudad y albergar en su interior la Academia de Historia, un museo y 14 bajorrelieves alusivos a la historia de Colombia. Sus erguidas astas y banderas bolivarianas deberían ondear, orgullosas, su origen republicano.
El Monumento a Los Héroes tiene seis pisos de altura y está construido en piedra caliza. En su cara frontal, en el costado norte, se ubica la estatua ecuestre en bronce de Simón Bolívar del escultor francés Emmanuel Frémiet, fraguada en 1910. La escultura del Libertador apunta con su espada hacia el infinito en búsqueda de la malograda unidad de los países andinos.
En esa misma cara, se encuentra un aparte del testamento político del Libertador, suscrito en Santa Marta el 10 de diciembre de 1830. En letras mayúsculas y en alfabeto latino antiguo, se lee: “¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.
En 1971, el Monumento a los Héroes fue declarado Bien de Interés Cultural Nacional. En 2006, el Monumento fue proclamado Bien Mueble de Interés Cultural a nivel Distrital. La relevancia histórica y cultural del Monumento de Los Héroes es incuestionable.
Del mismo tenor debe ser el repudio nacional por los actos vandálicos contra la conciencia histórica de nuestro país evidenciados en las últimas semanas. La turba enardecida de jóvenes, posiblemente alicorada y drogada, incendió la estatua ecuestre y fundió su pedestal hasta comprometer su estabilidad.
Al Libertador lo pintaron de ‘opresor’; estamparon gigantes imágenes de indígenas con máscaras de color rojo y negro usadas por los terroristas del ELN.
En su base, los grafitis del violento movimiento juvenil destruyeron uno de los principales símbolos patrios, reflejo de la vacuidad de sus propósitos y la inconciencia patriótica de sus promotores.
El Gobierno y las autoridades municipales tienen la obligación de restaurar y proteger todos los monumentos y esculturas de interés nacional.