Comunismo o libertad fue la consigna de Isabel Díaz Ayuso, española de 41 años, candidata del Partido Popular, PP, en las pasadas elecciones de la Comunidad Autónoma de Madrid. Su campaña fue audaz y eficaz. Díaz Ayuso triunfó en las urnas al duplicar el porcentaje de votos para su partido e infligir una humillante derrota al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez del PSOE, y a sus aliados de izquierda. Su victoria tendrá consecuencias importantes y duraderas en la forma de gobernar a España en los próximos años, e incluso en el resto de Europa y América Latina. Díaz Ayuso ilumina con luz propia el camino con respuestas sin confinamiento para los ciudadanos aburridos de las cuarentenas y postrados por sus efectos económicos y sociales.
Desde el momento en que los socialistas intentaron derrocar al gobierno de centro derecha en la provincia de Murcia a principios de este año, Díaz Ayuso aprovechó con arrojo esta oportunidad, se adelantó a una moción de censura en su contra y convocó a elecciones anticipadas en la Comunidad Autónoma de Madrid. Los votantes madrileños se entusiasmaron con su carisma personal y salieron masivamente a votar, preocupados, especialmente por la intempestiva renuncia a la vicepresidencia de gobierno de Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, y su posterior y ambiciosa apuesta por la candidatura al primer cargo de la capital española para consolidar el socialismo en España.
Los defenestrados de la contienda autonómica son el partido liberal Ciudadanos, que perdió sus escaños en la Comunidad de Madrid; Iglesias, quien anunció su retiro de la actividad política, y el presidente Sánchez, debilitado por la pésima actuación de su partido en estas elecciones.
De los tres partidos de centro derecha existentes antes de la contienda electoral, sobreviven dos. El PP, con Díaz Ayuso a la cabeza, absorbió el centro representado por Ciudadanos, razón por la cual no requiere una alianza formal con el partido de extrema derecha, Vox, para gobernar. El PP de Díaz Ayuso revirtió, así, la fragmentación política española y mostró que el futuro político de Hispanoamérica está ubicado al centro y a la derecha.