Los principales indicadores de competitividad del país cayeron drásticamente en el periodo 2010-2014. The IMD World Competitiveness Center de Suiza mide la competitividad de 60 economías desde 1989, incluida la colombiana, cuyos resultados son, en efecto, lamentables. En el ranking de competitividad, pasamos del lugar 45 al 51; en economía, bajamos del puesto 35 al 40; en eficiencia gubernamental, nos derrumbamos de la casilla 38 a la 49, y en eficacia de los negocios, caímos del puesto 39 al 48 en el cuatrienio. En infraestructura, saltamos al vacío a tan solo cuatro peldaños del último lugar.

Al examinar los informes del Foro Económico Mundial, The Global Competitiveness Report, el panorama pinta color de hormiga. Si bien mantenemos el puesto 69 entre las 148 economías evaluadas en el último cuatrienio, los resultados de los tres componentes de competitividad son deplorables. Colombia se raja en la valoración de los requisitos básicos exigidos para ser competitivos en este lapso de tiempo, pues caímos del puesto 101 a 110 en instituciones, del 83 al 92 en infraestructura y del 72 al 98 en salud y educación primaria. Saca la cara por el país la reconocida estabilidad macroeconómica, que mejora significativamente al pasar del puesto 72 en el 2010 al 32 en el 2014.

Seguimos mal en eficiencia de mercados. El país desciende de la posición 88 en el 2010 al 102 en el 2014; del 78 al 87 en materia laboral; del 66 al 87 en materia tecnológica. A nadie sorprende el hundimiento en materia de innovación, pues cedimos 7 lugares en este cuatrienio al descender al puesto 69, resultado igualmente deficiente al medido por el Índice de Innovación Global 2014. Mejoramos, sin embargo, en el desarrollo de los mercados financieros, pues avanzamos del puesto 78 al 63 entre 148 países.

Al explorar los índices de transporte y logística del Banco Mundial, Logistics Performance Index, verificamos cómo la ventaja competitiva del país en este cuatrienio va ‘cuesta abajo’, como en el tango de Gardel. Colombia se derrumbó en logística del lugar 72 al 97 entre 160 países, como consecuencia del declive en el manejo de aduanas de 66 a 79; en infraestructura de 62 a 98; en calidad y competencia logística de 61 a 91 y en tiempo de entrega de mercancías de 64 a 111.

Es preciso reconocer que el Sistema Nacional de Competitividad e Innovación fracasó en el cuatrienio 2010-2014. Este mecanismo –creado en el 2006 y reestructurado en el 2012– pretendía coordinar las actividades públicas y privadas relacionadas con las políticas de fortalecimiento de la competitividad y la productividad del país en los mercados locales e internacionales.
Con estos pobres resultados como referencia, los anuncios que soportan la Agenda de Competitividad 2014-2018 lucen insuficientes para recuperar el espacio perdido por el sector productivo colombiano