Como prevenir es mejor que lamentar, los productores nacionales interesados en exportar a Venezuela deben exigir la cancelación de contado o una garantía de pago bancaria.

Durante los últimos 40 años, el comercio con Venezuela se ha movido como una sinuosa montaña rusa divida en tres tramos y emociones distintas, que revelan el vaivén del relacionamiento binacional. En 1973, la Comunidad Andina estableció una zona de libre comercio de la cual hacían parte inicialmente Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela.

En aquel entonces, Colombia y Venezuela funcionaban como el motor de la integración andina, con claros beneficios para ambos países, que al comienzo trabajaron en llave frente a los otros miembros, que querían diferentes velocidades y mecanismos de unión aduanera.

El fin de la luna de miel del intercambio comercial entre Colombia y Venezuela se remonta al 22 de abril del 2006, fecha en la cual Venezuela anunció su retiro del Acuerdo de Cartagena.
El 9 de agosto de ese año, Colombia y Venezuela suscribieron un Memorando de Entendimiento por medio del cual acordaron mantener recíprocamente las preferencias comerciales de la CAN por un periodo de 5 años, acorde con lo dispuesto por el Acuerdo de Cartagena.

El detonante de la crisis binacional –que cimentó el comienzo del fin de la CAN– se explica por el choque de modelos de economía política, pues mientras Colombia y Perú suscribían el TLC con Estados Unidos como parte de su proceso de inserción internacional, Venezuela manifestaba su rechazo a los acuerdos comerciales e implementaba aceleradamente la nacionalización de los medios de producción.

Se iniciaba, así, la segunda fase del intercambio comercial con el marchitamiento gradual y creciente de las exportaciones de Colombia a Venezuela, que en el 2008 ascendieron a la cima con 6.091 millones de dólares, etapa que culminaría en el 2010 con el rompimiento político con la administración Uribe y el posterior congelamiento de nuestras exportaciones.

Con la llegada al poder del Gobierno de Santos, se inició un nuevo periodo que, a la postre, se tradujo en la firma del Acuerdo de Alcance Parcial No. 28, a finales de noviembre del 2011, y de sus anexos a mediados de abril del 2012. Desde entonces, el comercio binacional se activa según los propósitos políticos de los ocupantes del Palacio de Miraflores, sede del Gobierno bolivariano.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, autorizó recientemente la importación de ganado, carne de bovino, leche en polvo, mantequilla, aceite de palma, huevos y pollitos de un día, provenientes de Colombia, por 600 millones de dólares.

Esta noticia fue recibida con cierto alborozo y mucha cautela, dada la aguda escasez de divisas que estrangula la economía venezolana. Como prevenir es mejor que lamentar, los productores nacionales interesados en exportar a Venezuela deben exigir la cancelación de contado o una garantía de pago bancaria.