Bajo el régimen autocrático de Nicolás Maduro, el país vecino ha dado sus primeros pasos para avanzar de una zona de tránsito cocalero.
Insight Crime publicó un informe de cinco capítulos titulado: La revolución de la cocaína en Venezuela con la actualización más completa del involucramiento de los principales actores políticos y militares de la dictadura de Venezuela con el narcotráfico. A lo largo de tres años de investigaciones, que comprenden trabajo de campo en puntos críticos del narcotráfico, cientos de entrevistas y monitoreo diario de incautaciones, arrestos y operaciones antinarcóticos, Insight Crime pudo mapear los flujos cocaleros a través de Venezuela y las redes criminales que mantienen el narcotráfico en constante evolución.
Históricamente, la frontera binacional en la serranía de Perijá ha sido trascendental para el avance del narcotráfico. Del lado colombiano, las Farc y el Eln explotaron por años sus vínculos con las comunidades campesinas locales para fomentar el cultivo de coca. Hoy, la retaguardia de las ex-Farc y el Eln continúan en el negocio cocalero. Del costado venezolano, el acceso del estado del Zulia al Caribe a través del lago de Maracaibo y numerosas pistas de aterrizaje clandestinas han convertido esta zona en un lugar de despacho clave para los envíos de drogas ilícitas a Centroamérica y el Caribe. En la región fronteriza, estas rutas están dominadas por las antiguas Farc y el Eln.
Mientras la cocaína colombiana fluye hacia Venezuela para su exportación, la mano de obra venezolana se mueve en dirección contraria para trabajar en los campos cocaleros de Colombia. El auge de la producción de coca en el Catatumbo -promovida por la suspensión de la aspersión aérea con glifosato desde junio de 2013- y la disponibilidad de los precursores químicos en el vecino país han facilitadola proliferación de laboratorios de cocaína y el inicio de la siembra de coca en suelo venezolano.
Según la investigación de Insight Crime sobre la dinámica guerrillera en el estado de Apure, las Farc establecieron las primeras operaciones cocaleras en Venezuela con la bendición del comandante Hugo Chávez. De acuerdo con la fuente reservada, “Chávez les dijo a los funcionarios del gobierno local que nombraría generales de confianza para supervisar la cooperación con las Farc y que el ejército y el gobierno deberían hacerse de la vista gorda ante las actividades de narcotráfico de la guerrilla. Pero no solo miraron para otro lado, sino que se involucraron en el negocio”.
Bajo el régimen autocrático de Nicolás Maduro, Venezuela ha dado sus primeros pasos para avanzar de una zona de tránsito cocalero, que controla el 15% de la oferta mundial del alcaloide, hacia una nación que fabrica cocaína. Durante este periodo, el narcotráfico ha sido parte integral de las estrategias usadas por Maduro para aferrarse al poder. Su objetivo: canalizar el flujo de recursos ilegales para remunerar los poderes políticos, militares y criminales requeridos para mantener el control sobre el narco estado venezolano.
ANDRÉS ESPINOSA FENWARTH
Miembro del Consejo Directivo del ICP
andresespinosa@inver10.co