Los miembros de la Real Academia de la Lengua Española se encuentran francamente atribulados; no saben qué hacer con la palabreja ‘autosuicidio’, acuñada por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. El vocablo suicidio se forma a semejanza de homicidio, del latín sui, de sí mismo, y caedere, de matar. La única interpretación etimológica que cabe del latinajo ‘autosuicidio’ es una afluencia viciosa de palabras considerada en la lengua de Cervantes como pleonasmo.

 

Sin embargo, en el marco de las Ciencias Políticas, el ‘autosuicidio’ podría encontrar una explicación seudoracional, relacionada con el atronador fracaso del socialismo bolivariano del siglo XXI. Recientemente, la Universidad Católica Andrés Bello realizó el foro Propuesta Venezuela 2015, en el cual cinco expertos analizaron la economía del hermano país para concluir que Venezuela es una nación parada al borde del abismo, que podría dar un paso al frente y caer al vacío.

La revista The Economist considera que la economía venezolana es la peor manejada del planeta, con el sistema cambiario más complejo de todos, compuesto por una tasa oficial de 6,3 bolívares por dólar, las tasas Sicad 1 y 2, que fluctúan entre 12 y 52 bolívares, y el dólar negro, que hoy bordea los 188 bolívares.

La agencia calificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P) rebajó esta semana la calificación soberana de crédito de Venezuela de CCC+ a CCC, con perspectiva negativa, porque ve un aumento del riesgo de que el Gobierno incumpla su deuda por la caída de los ingresos petroleros. En opinión de S&P, “el fracaso del Gobierno venezolano para tomar en tiempo y forma medidas para resolver las crecientes distorsiones económicas ha contribuido al deterioro económico y la escasez de divisas extranjeras”, cuya economía podría contraerse el 7 por ciento en el 2015.

La agencia considera que existe 50 por ciento de probabilidades de reducir la calificación de la deuda soberana de Venezuela este año, o el próximo, a “default selectivo”, lo que podría suceder por “un canje de deuda llevado a cabo en circunstancias complicadas”.

De acuerdo con el 2015 Index of Economic Freedom, Venezuela ocupa el último lugar en materia de libertades, después de Cuba y Corea del Norte. Según el Foro Económico Mundial, Venezuela es la segunda economía menos competitiva de Latinoamérica, después de Haití, y la catorceava del planeta. Venezuela tiene las peores instituciones a nivel global y es el sexto país con menor estabilidad macroeconómica del orbe. Venezuela exhibe el peor desempeño en cuanto a los factores que determinan el respeto al Estado de Derecho, detrás de Zimbabue y Uzbekistán. Venezuela tiene la mayor inflación de alimentos (92 por ciento) y la peor escasez (7 de cada 10 alimentos y medicinas desaparecieron de las estanterías) de la región, y posiblemente del universo.

El ‘autosuicidio’ es, en últimas, el principal legado histórico del chavismo venezolano.