El cuadro clínico de la economía es muy delicado. El verdadero reto es reconocerlo y actuar en consecuencia para recuperar el tiempo perdido.

El derrumbe de la economía en el primer trimestre del 2017 es un campanazo de alerta sobre lo que se nos viene encima en un año electoral atípico, signado por la prevalencia de la política y el proceso de paz, asuntos que abarcan el espacio vital y los intereses de un Gobierno fatigado con todo lo demás.

Los datos del Dane confirman que el PIB está en caída libre desde hace 3 años, habida cuenta de que la tasa de crecimiento anualizada para el primer trimestre alcanzó el 6, 4 por ciento en el 2014 –la más alta de la década– para luego precipitarse al 2,6 por ciento en el 2015, seguido de 2,7 por ciento en el 2016 y 1,1 por ciento en el 2017.

Pese a la reducción de aranceles y el lanzamiento de programas con llamativos nombres de cantantes vallenatos como Pipe 1 y Pipe 2, además de proyectos con sugestivas etiquetas similares a las de Boston Medical Group como Repunta, la industria colombiana se encuentra ad portas de una recesión forjada por el avance de la apertura hacia adentro. Así, el sector manufacturero decayó 0,4 por ciento en el primer trimestre del 2017. La tasa anualizada de crecimiento de la industria en el mismo periodo apenas alcanzó el 0,3 por ciento, pese al aporte de Reficar. De los 38 sectores evaluados por el Dane, 14 arrojan resultados negativos, que no se percibían desde la recesión global de finales de la pasada década. Según Fedesarrollo, el Índice de Confianza Industrial de abril evidencia el peor registro desde el 2009, derivado de la contracción del 39 por ciento en el volumen de pedidos y el aumento del 10,5 por ciento en el nivel de existencias.

La explotación petrolera y minera se hundió 9,4 por ciento en el primer trimestre del año por el declive en las cotizaciones internacionales y la merma del 50 por ciento en la inversión extranjera directa en el sector. La construcción cayó 1,4 por ciento en el trimestre, el ramo de transporte lo hizo en 0,3 por ciento.

El sector comercio, restaurantes y hoteles descendió 2,1 por ciento en el primer trimestre del año por la erosión del ingreso disponible de las familias, cuyos bolsillos están abatidos por la inflación, la reforma tributaria, las tasas de usura y el pesimismo.

El agro saca la cara, al crecer 7,7 por ciento en el primer trimestre del 2017 en respuesta a ‘Colombia Siembra’. Se destacan los aportes de café, flores, cereales, frutas, hortalizas, oleaginosas, lácteos, avicultura, porcicultura y azúcar, así como el bajonazo del 6,2 por ciento del sector ganadero, originado por la ojeriza oficial en su contra. Sobresale también el sector financiero, con un avance del 4,4 por ciento en el trimestre, pero amenazado por una cartera vencida creciente.

El cuadro clínico de la economía es muy delicado. El verdadero reto es reconocerlo y actuar en consecuencia para recuperar el tiempo perdido.

Andrés Espinosa Fenwarth
CEO de Inverdies
andresespinosa@inver10.co