El comienzo del fin del socialismo bolivariano del siglo XXI se evidenció en las elecciones presidenciales del 17 de agosto en Bolivia. El terremoto político generado por el descalabro electoral del Movimiento al Socialismo, MAS, que desde 2006, regentaba de manera hegemónica Evo Morales en Bolivia, es un campanazo de alerta de lo que viene para los demás autócratas de la región. 

El senador Rodrigo Paz Pereira, de centro-derecha, con su mensaje de “Capitalismo para todos”, obtuvo sorpresivamente el 32,1% de los votos en la primera vuelta; el expresidente conservador clásico, Jorge “Tuto” Quiroga, se llevó el 26,9% de los sufragios; y el millonario empresario, Samuel Doria Medina, candidato en 2005, 2009 y 2014, también de centro-derecha, y pese a que lideraba las encuestas, se ubicó en tercer lugar con el 19,9%. El candidato de izquierda oficialista, presidente del Senado apadrinado por Evo, Andrónico Rodriguez, fue relegado al cuarto lugar de irrelevancia política con el 8,9%. 

El deterioro democrático durante las tres mandatos y las reelecciones de Evo Morales, entre 2006 y 2029, y el intento fallido de relegirse por cuarta vez,lo obligó a renunciar a la presidencia por la presión de las Fuerzas Armadas. El comportamiento autocrático lo llevó al abismo electoral y a la caída del socialismo en Bolivia. Al igual que Ortega en Nicaragua y Chávez-Maduro en Venezuela, los sátrapas socialistas de la región llegan al poder, se empalagan, y luego no quieren salir de las comodidades palaciegas de sus cargos, que creen, son vitalicios. 

Bolivia tendrá, por primera vez, una segunda vuelta electoral, figura incluida en la Constitución de 2009, la cual incorpora el balotaje en los casos, como ahora, en los cuales ninguno de los candidatosalcanza más del 50% de los votos válidos. La fecha prevista para la segunda vuelta electoral es el domingo 19 de octubre. 

Sin embargo, con los resultados de la primera vuelta, en la cual la centro- derecha se acomodó anticipadamente para la segunda, los resultados electorales presidenciales garantizan su victoria y la despedida del socialismo de Bolivia. Ahora sigue Antonio Kast en Chile.