Colombia necesita a Uribe

Colombia necesita a Uribe libre de ataduras judiciales para enfrentar las amenazas populistas que se ciernen contra la democracia colombiana.

Ahora mas que nunca, Colombia necesita la experiencia de estadista y el saber político del expresidente, Álvaro Uribe Vélez, el mejor mandatario del presente siglo. Pese a su principal desacierto, su insistencia en la tercera reelección, Uribe nos devolvió el país con políticas de Estado fundadas en tres pilares básicos: seguridad democrática, confianza inversionista y avances sociales. El florecimiento acelerado en estos tres campos de la soberanía territorial, la recuperación económica y las políticas sociales se encuentran a la vista de todos.

Es forzoso reconocer el esfuerzo previo de la presidencia de Andrés Pastrana Arango, que fortaleció la capacidad militar y de inteligencia, con el invaluable apoyo del Plan Colombia de EE. UU. Este fue el primer paso para salir de la herencia de Ernesto Samper -un Estado fallido- hacia la recuperación del imperio de la ley durante los dos gobiernos de Uribe. Pese a estos avances, la izquierda radical socialista -mal llamada progresista- se ha encargado de enlodar la imagen de Pastrana en el país, mientras que mantiene su brillo y vigencia política en el exterior.

Este fue el comienzo. A partir de entonces, Colombia se ha convertido en una nación que en lugar de honrar a sus lideres, los engulle, como Cronos devora a sus hijos en la estupenda pintura de Goya. La mayor ordalía de todas -un ritual de la Edad Media para sentenciar bajo tormento la inocencia o culpabilidad del acusado- es el juicio político contra el expresidente Uribe desde 2018.

En aquel entonces, la Corte Suprema de Justicia abrió una investigación contra el expresidente Uribe por la presunta manipulación de testigos y fraude procesal, luego de haber archivado una denuncia contra el senador Iván Cepeda en medio de un debate de control político, a quien el expresidente Uribe había acusado de fabricar testimonios en su contra.

Como comenta Nelson Pardo de La Linterna Azul, el juicio contra el expresidente Uribe volvió con bríos después de que la Fiscalía rechazara una recusación presentada por la defensa del expresidente Uribe contra la fiscal del proceso, Marlene Orjuela, en razón a sus vínculos con el ex Fiscal General, Eduardo Montealegre, una de las víctimas acreditadas en el proceso. Este recurso legal se basó en una designación de 2012 en la que Orjuela fue nombrada fiscal delegada ante el Tribunal del Distrito, mientras Montealegre ejercía como Fiscal.

La justicia simulada contra el expresidente Uribe, la peor de las injusticias, decía Platón, se origina en el proceso kafkiano que tergiversa su derecho a la defensa, el cual ha evidenciado las contradicciones y la fragilidad de los testimonios acusatorios de este juicio político, que debería convertirse en absolutorio.
Colombia necesita a Uribe libre de ataduras judiciales para enfrentar las amenazas populistas que se ciernen contra la democracia colombiana.

Andrés Espinosa Fenwarth
Miembro del Consejo Directivo del ICP.
andresespinosa@inver10.co

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1 comentario

  1. Roberto Ramirez

    Es claro para todos que la acusación que cursa es la de menor gravedad. De otra parte Uribe a demandado a Cronell en varias ocasiones y jamás a logrado probar que las afirmaciones del periodista sean calumnias o inventos.
    Respeto desde luego el artículo que escribe, pero no lo comparto, pues considero que nadie puede ser exonerado de un juicio justo, en especial con las argucias de la defensa que solo busca dilatar.