La coalición política debería extender sus acciones hacia los comicios regionales, entendidos como un ejercicio para derrotar el petrismo radical.

Los dos hechos políticos del 2023 son el inicio de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional el próximo 20 de julio y los comicios regionales que tendrán lugar el 29 de octubre.

De su interacción dependerá el futuro de la democracia colombiana, agobiada por un gobierno de izquierda cada vez más radicalizado, carente de gobernabilidad, de elevada y creciente desfavorabilidad y pobre gestión administrativa, económica y social.

En vista del fracaso político de la administración Petro en el trámite de las reformas sociales en salud, trabajo y pensiones, a las cuales se suman los anuncios gubernamentales sobre el trámite legislativo de los cambios en educación y servicios públicos, ahora se prende una luz de esperanza con la propuesta del experimentado líder político y estadista de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras.

En un trino del pasado 29 de junio, Vargas Lleras invitó al Partido Liberal para que se convirtiera en partido de oposición y conformaran una nueva coalición en el Congreso, movimiento originado en una llamada que sostuvo con su presidente, César Gaviria. De la coalición harían parte el Centro Democrático -en la oposición-, los Conservadores y la U, partidos políticos que nunca han debido integrar la coalición oficialista. Vargas Lleras concluye que “el 20 de julio se podría concretar una nueva alianza política”, que evite la catástrofe petrista que se vislumbra en el horizonte nacional con la forzada aprobación, sin concertación, de las reformas sociales de la administración Petro.

La nueva coalición promovida por Vargas Lleras puede cuajar en la actual coyuntura en la cual el ministro de Interior, Luis Fernando Velasco, pretende desconocer las atribuciones y las credenciales políticas de los jefes de las colectividades Liberal, Conservadora, Cambio Radical y de la U. En particular, por pasarse por la faja las disposiciones de la Ley de Bancadas No. 974 de 2005, que reglamenta su funcionamiento y su capacidad sancionatoria en caso del incumplimiento; infracción, por cierto, promovida por el lentejismo amermelado del ministro Velasco.

El segundo hecho político del 2023 son las elecciones regionales del 29 de octubre, en las cuales se eligen 32 gobernadores y 418 diputados, que conformarán las Asambleas Departamentales; 1.102 alcaldes y 12.072 concejales de todos los municipios del país, incluyendo a Bogotá, así como los 6.513 ediles de las Juntas Administradoras Locales (JAL).

La nueva coalición política debería extender su radio de acción hacia los comicios regionales, entendidos como un ejercicio plebiscitario para medir y derrotar el petrismo radical. La nueva coalición puede cambiar el mapa político de nuestro país, de un petrismo de izquierda, de corte socialista, hacia una mayor democracia que respete la Constitución Nacional y sus instituciones, las libertades de empresa, de expresión, de prensa y el modelo económico y social construido con tesón desde mediados del siglo pasado.

ANDRÉS ESPINOZA FENWARTH
​Miembro del Consejo Directivo del ICP
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