No robar, no mentir, no traicionar y cero impunidad

Veremos la configuración de un frente unido de Todos contra Petro -Toconpe- fraguado por el miedo que generan sus propuestas socialistas.

Las elecciones presidenciales del pasado domingo quedan escritas en piedra en los anales de la historia política de la nación. Nunca antes dos candidatos antisistema habían logrado dominar la contienda electoral y pasar a la segunda vuelta sin el apoyo de los partidos tradicionales, que entran, por derecho propio, a la galería de los perdedores.

Gustavo Petro, del Pacto Histórico, alcanzó su techo electoral de 8,5 millones de votos y una participación del 40,32%. Pese a estos resultados, que en principio lucen buenos, en realidad no lo son tanto. Petro aspiraba a tener un millón de votos más y una participación superior del 45%. Petro realmente fracasó en su intento de llegar a la presidencia en la primera vuelta, y paradójicamente, quedó entrampado para ocupar la Casa de Nariño en la segunda. La estrategia política de Petro tenía como precondición electoral un enfrentamiento definitivo con Fico Gutiérrez, del Pacto por Colombia, en la segunda vuelta, quien quedó rezagado en tercer lugar con su floja campaña regional, que, sin embargo, le significó 5 millones de votos y una participación del 23,91%. El santismo asoma sus orejas como serio aspirante para ingresar al claustro de perdedores, que le apostó, el todo por el todo, a Petro.

Entran por la puerta grande al anfiteatro de perdedores, el Centro Democrático, el Uribismo, el Partido Liberal, el Partido Conservador y la U, movimientos políticos que apoyaron abiertamente a Fico. Cambio Radical también perdió relevancia electoral. Del mismo modo, hacen parte del pabellón de quemados, el candidato Sergio Fajardo de la coalición Centro Esperanza, quien, por fortuna, logró poner a salvo su patrimonio personal con la reposición de votos representada por 900 mil sufragios y una participación del 4,2%. El caso de Fajardo es lamentable. Un político experimentado, serio, académico, honesto, con un programa económico razonable, que podría haber representado el centro político del país -conformado por el 44% del electorado-, pero que al aliarse con las fuerzas políticas equivocadas, perdió el alma de su gesta de cambio.

El gran ganador de la liza política -además de las encuestas que acertaron- fue el outsider, Rodolfo Hernández, santandereano de pura cepa de la Liga Anticorrupción, quien en forma independiente, con sus propios recursos y una campaña adelantada en redes sociales, tuvo una votación cercana a los 6 millones de votos y una participación del 28,15%, con lo cual entra al balotaje contra Petro. El ingeniero Rodolfo representa el hastío nacional que produce la corrupción, su principal bandera política. Llaman poderosamente la atención sus heroicas promesas: “no robar, no mentir, no traicionar y cero impunidad. Donde nadie roba, la plata alcanza”.

La nueva campaña será de vértigo. Veremos la configuración de un frente unido de Todos contra Petro -Toconpe- fraguado por el miedo que generan sus propuestas socialistas de inspiración marxista.

Andrés Espinosa Fenwarth 
Miembro del Consejo Directivo del ICP.
andresespinosa@inver10.co

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1 comentario

  1. Hector Gutierrez P

    Lo increíble todavía es que a Petro le hayan perdonado que Nunca ha pagado por sus gravísimos delitos, ya que su amnistía no borra el gran daño que le ha ocasionado al País, pero más grave aún es que aspire a gobernarnos con su prontuario criminal y deshonesto reconocido por todos menos por sus adeptos, exponiéndonos a una gran pena a nuestro País ante el Mundo.