Biden hizo bien al marginar a las dictaduras comunistas de China, Rusia, Corea del Norte, Cuba, Venezuela y Nicaragua, que minan la democracia global.
En opinión de Freedom House, ONG sin ánimo de lucro que defiende la democracia, la libertad política y los derechos humanos desde la ciudad de Washington, la covid-19 ha provocado una crisis democrática en todo el mundo. Desde que comenzó la pandemia en China, la situación global de la democracia y los derechos humanos ha empeorado en 80 países. Diferentes gobiernos han abusado del poder, restringido las libertades individuales, empresariales y de prensa, silenciado a sus críticos y debilitado su entorno institucional con políticas públicas que desafían la ortodoxia.
El Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, organización intergubernamental sueca que apoya la democracia a nivel mundial, sostiene en su informe anual 2021, que el número de países que experimentan un retroceso democrático “nunca ha sido tan alto” como en la última década. Hervideros de información falsa y engañosa, generada deliberadamente por líderes políticos de oscuro proceder populista, inundan las redes sociales nacionales y debilitan la media tradicional, golpeada de tiempo atrás por la fuga de anunciantes hacia nuevos sistemas de comunicación.
Anne Applebaum, periodista e historiadora norteamericana galardonada con el premio Pulitzer, afirma en su reciente libro ‘El ocaso de las democracias’, que el asedio democrático y el auge del totalitarismo son cuestiones de fondo que deberían preocuparnos a todos. Applebaum expone de forma clara y concreta las trampas del nacionalismo extremo y de la autocracia en esta era de la incertidumbre y la pandemia sanitaria. Los autócratas no llegan solos al poder, dice; lo hacen ensalzados por aliados políticos de diverso pelambre, compuestos por ejércitos de burócratas, magistrados y medios de comunicación, que de manera cómplice -a veces ciegos y otras veces como idiotas útiles- les allanan el camino y apoyan soterradamente sus mesiánicos programas de desgobierno y populismo rampante. Los dictadores en ciernes usan sinuosas teorías de la conspiración, la polarización política subyacente, las redes sociales de nuestro tiempo e incluso el sentimiento de fingida nostalgia por un pasado mejor para destruirlo todo y redefinir nuestra idea de nación. Para reemplazarla por un régimen totalitario de corte cubano-castro-chavista, restrictivo de las libertades, de tosca orientación socialista.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, convocó de manera oportuna a una Cumbre virtual por la Democracia en la Casa Blanca, en la cual expresó su alarma por el “retroceso” de la democracia en todo el mundo. Biden exhortó a los 100 líderes mundiales congregados para que trabajen mancomunadamente en el reforzamiento de las instituciones democráticas, que les permitan abordar sus principales desafíos: la corrupción, la desigualdad, las limitaciones a la libertad de prensa, la desinformación mediática y el resurgimiento de las autocracias. Biden hizo bien al marginar de la Cumbre a las dictaduras comunistas de China, Rusia, Corea del Norte, Cuba, Venezuela y Nicaragua, que minan peligrosamente la democracia global.
ANDRÉS ESPINOSA FENWARTH
Miembro del Consejo Directivo del ICP
andresespinosa@inver10.co