Según el informe anual del Banco Mundial y PwC de 2018, la tasa efectiva de tributación en Colombia es de 69,8 por ciento. Este nivel de tributación nos coloca en el puesto 182, uno de los peores del planeta.

El Banco de la República publicó en sus Borradores de Economía un estudio preparado por Hernán Rincón-Castro, economista del Emisor, y Martha Elena Delgado, de Telefónica, titulado ‘¿Cuánto tributan efectivamente el consumo, el trabajo y el capital en Colombia?’ La principal conclusión del documento es que en nuestro país, “las cargas impositivas son relativamente bajas, comparadas con aquellas estimadas para los países de la OECD”, habida cuenta de que las tasas efectivas netas en Colombia no superan el 21,4 por ciento para el año 2016, mientras que en la OECD tienen un máximo de 29,4 por ciento.

Pese a que los autores advierten que la publicación “no mide el impacto final de los impuestos sobre los agentes o sectores de la economía”, sus resultados le prestan un flaco servicio al país al presentar una realidad impositiva distorsionada y totalmente alejada de la realidad nacional.

No es cierto que los tributos pagados en Colombia sean significativamente mayores que en los países de la OECD. Todo lo contrario. De acuerdo con el informe anual del Banco Mundial y PwC de 2018, que analiza los regímenes fiscales en 190 países, la tasa efectiva de tributación en Colombia es de 69,8 por ciento. Este nivel de tributación nos coloca en el puesto 182, uno de los peores del planeta. Los países de la OECD enfrentan una tasa efectiva de impuestos de 40,1 por ciento, carga fiscal muy inferior a la colombiana.

Santiago Pardo, uno de los tributaristas más calificados del país, explica que la asfixiante carga fiscal que agobia al país es la resultante de elevadas tarifas de renta, el impuesto a los Movimientos Financieros de cuatro por mil, el impuesto de industria y comercio, el IVA no descontable de los bienes de capital, los aranceles a las importaciones de bienes de capital, la renta presuntiva, el impuesto al patrimonio, los prediales, los impuestos de registro y estampillas.

Ahora bien, Pardo evalúa los gravámenes reales de empresas en Colombia, cuya carga tributaria fluctúa entre el 60 y el 79 por ciento. Pardo comprueba, además, que la combinación de renta presuntiva e impuesto al patrimonio para una persona natural genera tasas impositivas confiscatorias del 164 por ciento. Adicionalmente, la comisión de sabios tributarios muestra que la tasa de tributación de las empresas agropecuarias es de 104,6 por ciento.

Según la Asociación Colombiana de Minería, la tarifa de renta en Colombia “es una de las más altas del mundo”. El gremio minero confirma que en Perú, Chile México y Ecuador, está permitida la recuperación la totalidad del IVA pagado, mientras que en Colombia solo se acepta el 40 por ciento para el 2017 y el 33 por ciento después del 2019. A lo anterior se suman los impuestos territoriales y el gravamen a los explosivos, inexistente en otros países.

Así las cosas, el país requiere una reforma integral que simplifique el régimen tributario y reduzca la tributación y la evasión.