La influyente revista The Economist desnuda la cruda realidad del Pacífico colombiano en un artículo publicado el 8 de noviembre, titulado More than perfume, please. La publicación destaca que “durante décadas las autoridades colombianas le han dicho al mundo y a sus propios ciudadanos, que anhelan convertirse en una potencia del Pacífico y que los departamentos más pobres de esa costa recuperen terreno frente a las regiones más vibrantes del Caribe. Pero no es fácil de creer”. El artículo se conduele con este abrumado terruño de la otra Colombia, al afirmar que “mientras la economía colombiana vive un auge –el Banco Central proyecta un crecimiento de 5 por ciento en el 2014–, las regiones del Pacífico languidecen”.
La revista británica reconoce que “los gobiernos han tratado de ayudar. En los últimos 40 años ha habido planes maestros, informes de política y estrategias. Algunos se han enfocado en la infraestructura, otros en la ecología y algunos en la pobreza. Pero al final, terminan desinflándose. Eso, a pesar de que en política exterior Colombia le asigna un gran valor a su estatus como nación del Pacífico. Desde hace dos décadas sueña con unirse al Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico, cuyos miembros representan 63 por ciento de su comercio y 50 por ciento de su inversión extranjera. Y es uno de los miembros fundadores de la Alianza del Pacífico”.
El artículo en mención recuerda cómo hace pocas semanas, el Gobierno lanzó la última promesa, denominada ‘Todos Somos Pacífico’, la cual incluye un fondo en el Findeter que recibirá 400 millones de dólares de crédito de la banca multilateral. A ello se suman el Plan Maestro 2050 de renovación urbana y 24 mil millones de pesos para garantizar el suministro de agua las 24 horas del día. “El último anuncio ya le suena a promesas vacías a algunos”, sostiene de manera lapidaria The Economist. Y continúa afirmando que “el 4 de noviembre, los residentes de Buenaventura protestaron porque están sin agua hace 10 días”.
Buenaventura es la ciudad más importante del Pacífico colombiano y el municipio de mayor extensión del Departamento del Valle del Cauca. La Zona Portuaria de Buenaventura –sin contar las exportaciones de carbón– se erige como el segundo puerto más importante de Colombia. Moviliza el 80 por ciento del café y el 40 por ciento del comercio internacional marítimo de nuestro país. Su importancia estratégica es incuestionable, valoración que la hizo acreedor de la distinción del Congreso Nacional como Distrito Especial Portuario y Biodiverso en el 2007. Pese a ello, el Dane no incluye a Buenaventura en su radar por ser estadísticamente insignificante, según consta en respuesta oficial a un derecho de petición.
El Ejecutivo tiene la última oportunidad para cumplir sus promesas y cerrar así las formidables brechas sociales, económicas y de enraizada violencia existentes entre el Pacífico y el resto del país.